 |
|
|
|
|
Imágenes de una vida en la montaña (XXX)* |
|
 |
|
Las sombras de la tarde engañan a los ojos. El camino choca para morir al pie de un peñasco, en lo alto de la cuesta. ¿Muere la calzada en un callejón sin salida?
|
Cantan en el púlpito las letras de un par de manos que se creían perdidas. El Camino Real no ha conseguido callar la historia de los romanos. Se mecen las hierbas de La Entrecisa con las nanas que repicar las piedras de los castros del valle del río. Los arrieros medievales no dejan de recoger el testigo de las cuadrigas. La vieja ruta del Esla vuelve a narrarse con un acento de conquista, antes de nuestra era:
|
´La Entrecisa:
La Entrecisa es el gran corte en la roca que da paso a la calzada. Aquí se alza sobre la Vega de la Entrecisa a la que dio nombre.
La forma actual del nombre deriva de intercisa, participio pasivo del verbo latino ´intercido´, que significa separar por corte. Sabemos de otros lugares con el mismo nombre: (La Introcisa en Guardo, La Ancisa en la Ercina que está bien patente en el corte de la Gobia, un paso cortado en la roca en la vía Flaminia era conocido como Intercisa (saxa), o sea, ´peñas cortadas´, otra Intercisa existió en Panonia durante el Imperio Romano en la frontera con los Narcómanos. En nuestro caso figura en el año 874, en plena latinidad, al trazarse un deslinde como sigue: ´de illa intercisa usque ad forcata de Mentare´. Desde la Intrecisa, hoy la Entrecisa (término de Villayandre) hasta la collada de Mental (Término de Prioro). Verificamos aquí el gran corte en la peña realizado por los romanos que sometían al fuego durante días la roca y luego arrojaban agua y acero para que estallase. En la pendiente que desciende a Villayandre aún se aprecia en la margen derecha de la vía en sentido descendente los cortes en la roca para abrir paso y suministrar materiales a la construcción de la vía´.
Texto: Eutimio Martino-Siro Sanz
|
El Ventaniello es el único escollo en el camino; más para los ingenieros romanos que proyectaron la calzada de conquista, que para los sufridos y ociosos caminantes.
Los paneles llaman a este tramo La Entrecisa (corte en la peña, según el texto de D. Eutimio y de D. Siro Sanz); aunque el topónimo ´ventaniello´ es, popularmente, más sugestivo.
Esta brecha u horcada artificial es ventana abierta al corazón de Crémenes y contraventana temerosa al Pajar del Diablo.
León, seco y frío. Se acaba el florido mayo con los retazos del invierno. Las horcadas y colladas acogen a los rebaños que pastan en las montañas, pues por sus lomos devolan las brisas que enlazan los valles leoneses. Mas cuando la brisa deviene fuerte y gélida, El Ventaniello atora el brazo más curtido.
Las ondas del charco enfrían en paisaje primaveral de la Vega La Entrecisa.
|
|
|
|
|
|
