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Cueto Cuñaba (Macizo Oriental)* Apéndice: ruta alternativa en coordenadas GPS |
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VALDANZA - HORCADA LOS MAZOS - CUÑABA
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 El camino corta en horizontal la vaguada de Valdanza. Aunque se pierde al atravesar la majada, al llegar a la misma se ha podido fijar su trazado, fijándose en el tramo de camino que asciende suavemente hacia la Cuesta Cerréu. Mas, al pasar junto a las cabañas y acercarnos a la Cuesta Cerréu se pierde la perspectiva y, si no se ha detenido uno a tomar referencias del inicio de este nuevo tramo de camino, pueden encontrarse dificultades a la hora de volver a entroncar con el mismo.
Puede ayudar reseñar que se pasa junto a una pequeña dolina o pozo que suele estar encharcada.
El camino gana la Cuesta Cerréu, que no es más que la abierta cuesta inferior del canto oriental que cae del Torna las Huertas o Pico Cerréu. Al doblar al frontal de la cuesta, el camino se pierde, siendo apenas apreciables veredas difusas del ganado que se intuyen a duras penas en este abierto terreno.
Se atraviesa toda la ladera con sentido ascendente, siempre por encima de las desperdigadas encinas. El paso a la vertiente sureña de la Cuesta Cerréu se efectúa por la Horcada los Mazos, un rellano que dobla al pie de una pequeña peña. Forma una falsa collada, apenas una muezca vista desde lejos.
La foto que acompaña el texto es una muestra de la belleza que se abre a nuestros ojos. Al fondo se recortan las onduladas formas del Samelar y del Alto las Verdianas, nevados gran parte de la estación fría y separados por una marcada vaguada que vierte al Vao los Lobos. Más modestas, aunque también integradas en el Macizo de Ándara, están la Sierra Cocón y la Sierra Nedrina. Aquella se muestra en toda su plenitud. Su frontal oriental rompe sobre el Desfiladero de la Hermida, en un intrincado conjunto de canales y peñas sobre las que a duras penden las pindias laderas de la Torre de Árguma (por donde dobla el viejo camino de San Esteban a Tresviso, reconvertido en un circo de emociones fuertes a base de metros y metros de cable). La Sierra Nedrina destaca menos. Desgajada de la misma por la vaguada de la vega de Linares estaría el individualizado Cueto Cuñaba, que cierra el cuenco en que se recoge el pueblo que le da nombre.
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 Al doblar la Horcada los Mazos encinas desperdigadas crecen por encima de nuestra posición. El sendero difícilmente se intuye en un terreno de trampas calcáreas disimuladas por las largas hierbas que crecen en los resquicios de la peña.
Muestra el Torna las Huertas su faz inexpugnable. Su cima se empequeñece ante la desplomada oquedad bermeja de Paré Pedrón, en cuyas cavidades se refugian las cabras observadas por los buitres que desfían la gravedad en las estrechas terrazas de la pared.
Por el mal terreno apuntado se inicia un largo faldeo por la parte alta del encinar, procurando mantener la altura. Se llega a un poco definido ´muriao´ del viejo camino donde, éste, ya inicia un descenso levemente acusado. Se debe chocar con la parte superior de una marcada canaluca, detenidos por la peña que la delimita. Brecha destacadaque interrumpe la ladera y que se descuelga hacia las profundidades del encinar, en las vertientes de La Hermida.
Se baja por el lateral de la quebrada, intentando descubrir el sendero en las inclinadas llambrias. Cede el paredón que delimita la acanaladura, volviéndose vulnerable. Un camino muriao invita a cruzar la canaleta y escapar de la misma por el otro lado (ver miniatura).
Aún por terreno bastante inclinado, un sendero de tierra destrepa entre el matorral y la sucia llambria, hacia el centro de una canal de gravera en cuyo centro crece una enorme encina solitaria. Uno de sus troncos apoya sus ramas entre la pedrera, desgajado del tronco central abatido por un rayo.
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 Busca el sendero la sombra de la vieja encina solitaria que crece a modo de isla en el centro de la gravera. En adelante recobra su pisado trazado, a medida que avanza hacia la parte más compacta del encinar.
La canal de gravera que se atraviesa baja del mismo bocado bermejo de Paré pedrón y se descuelga en dirección a las profundidades del Desfiladero de La Hermida. Irrumpe una puntiaguda aguja en el canto que la delimita por un lateral.
Entra el sendero en una zona de transición, por la parte alta de la mancha forestal de corte mediterráneo, hasta alcanzar la base del espolón en que se encuentra la Cueva Curios.
Este espolón no es más que el contrafuerte inferior de las peñas que se descuelgan de Paré Pedrón, antesala de la cóncava vaguada ganada al encinar a base de aterrazadas camperas.
En la miniatura vemos una imagen de la Cueva Curios. La imagen ampliada nos da una idea de conjunto de una parte de nuestro recorrido.
El Cueto Cuñaba es la montaña que se adueña del centro de la imagen, empastada en la Sierra de Cocón. La Torre de Árguma es la cima que despunta en el extremo oriental de la sierra; en tanto que su máxima altura se encuentra en el nevado Cueto de la Cerralosa. El Alto las Verdianas y el Samelar, montañas de más de dos mil metros integradas en pleno corazón del Macizo de Ándara, irrumpen al fondo a la izquierda.
La Vega de Linares es la vaguada de pradera que delimita el Cueto Cuñaba por la derecha.
Este costado de la foto está copado por el espolón en cuya base está la Cueva Curios. A su izquierda, paralela a la línea de canto poblada por el encinar, vemos la cóncava vaguada de aterrazadas camperas referida. El sendero la atrviesa en busca del canto del otro lado por unalínea boscosa que se aprecia en la parte alta de la campera, desgajándola de los aterrazamientos superiores de la vaguada, menos destacados.
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 En llano desde la Cueva Curios se atraviesa entre los muros de las inclinadas camperas aterrazadas. Doblando el canto del otro lado recuperamos la compañía visual del río Deva, modelador del Desfiladero de la Hermida.
El sendero se interna en el encinar iniciando el interrumpido descenso al pueblo de Cuñaba. El apuntado descenso pronto cede, dando paso a una larga travesía en que se alterna la umbría del encinar contramos más abiertos de monte. La travesía cae al reseco regón que recoge toda la cuenca que vierte de la Majada de Tremaño. Aún ha de recorrerse un corto faldeo en llano, antes de doblar un último canto y dar cara al pueblo de Cuñaba, donde ya se afronta la parte más acusada de descenso desde que se llegara a la Cueva Curios.
En la foto ampliada vemos un tramo resplandeciente del río Deva, que evita todos los plegamientos del Desfiladero de La Hermida.
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 El camino entra a Cuñaba por el Norte, casi confundido con la entrada a las solitarias casas aquí desplazadas del pueblo. Queda por debajo una muriada finca en cuya franja superior se han instalado gran cantidad de colmenas.
Miel y quesos de Cuñaba, elaborados con las leches de los ganados que pastan en el Cueto Cuñaba y en la más voluminosa Sierra Nedrina, son los productos que se pueden degustar en este recóndito rincón del Desfiladero de La Hermida. Nos dirigimos, pues, a la plazuela del pueblo, en el extremo final de la carretera que le da acceso, donde se encuentra un pequeño bar en que reponer nuestras mermadas fuerzas. No falta tampoco una casa de aldea para disfrutar de unos días por estos agrestes parajes de montaña, sólo dulcificados en la hondonada que acoge las casas de esta pequeña localidad asturiana.
En el paso por las callejuelas de Cuñaba comparten piedra las marcas de un par de senderos, uno de pequeño recorrido (el ya mencionado que viene de Bores) y otro de gran recorrido, que recorre todo el Desfiladero de La Hermida (mas busca pasos bastante alejados de los viejos caminos del desfiladero, quizás obligado por los complejos parajes de Árguma, degradados al montañismo tras su acondicionamiento con voladuras y ferratas, y de los cañones del río Urdón).
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