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Cueto Aravedes (Macizo Oriental)* Apéndice: ruta alternativa en coordenadas GPS |
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CUETO ARAVEDES - ARMAÑO: distintas perspectivas del Cueto de las antenas.
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Para volver a Armaño no es necesario retornar al collado Noceda. La pista del Cueto Aravedes nos devuelve a la pista principal del puerto algo más abajo de aquel collado. Un pindio descenso lleva a la encrucijada de caminos de la Fuente Vielves. La pista de la izquierda es la única comunicación del pueblo de Yes. Por la derecha se descuelga la en tramos hormigonada pista que, por el pueblo de Rases, finaliza en Potes. Siguiendo de frente, a lo largo de toda la Sierra Vielves, discurre la pista de Armaño. En plena sierra, semiescondida en una collada tomada por el encinar, se encuentra la ermita de Santa Lucía. Una grata sorpresa en el declinar de nuestra ruta.
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Por debajo de la ermita la pista retorna al bosque. Cede el encinar y pronto nos vemos inmersos en un bonito castañéu de retorcidas formas. Se entra en Armaño por la parte alta del pueblo. No es cuestión de evitar sus estrechas callejuelas bordeando los lindes de la vasta finca propiedad de una enorme casona. Por el hormigonado de la derecha nos internamos en las entrañas de un pueblo, antaño señorial. Nada mejor para finalizar que perderse en sus estrechas calles, entre casas de piedra y miradores floridos.
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A continuación, para dar por finalizado este recorrido visual por el entorno del Cueto Aravedes, se pasan a mostrar imágenes del Pico de las Antenas abordadas desde distintas perspectivas. La primera está sacada desde una de las pistas que baja del Collao La Hoz a Argüébanes, aprovechando la ténue luz del sol que marca el relive del cordal destacándolo de la negrura reinante en un día tormentoso. La segunda perspectiva nos retrotrae a la pista del Puerto de Potes. Ya libres de la obligación de mostrar los encantos de la ruta, podemos fijarnos en los detalles que asoman en cada recodo del camino, dejando la cima del cueto en un plano secundario, pero siempre presente. Una tercera perspectiva nos acerca a la cara más dura del invierno, cuando la nieve baja de las altas cotas y llega a los límites del valle. Por último, retomamos una idea que siempre tenemos presente; para ver paisajes de postal no hace falta subir montañas, en cualquier rincón de Liébana se pueden disfrutar estampas dignas de retener en nuestras retinas. Mas es caminando e integrándose en ese delicado ecosistema la única forma de convertir las imágenes en vivencias, las vivencias en recuerdos y los recuerdos en pergaminos grabados a fuego en la intimidad de nuestra consciencia. La bella panorámica que sobrevuela las casas de Frama se queda vacía si no encaminamos nuestros pasos hacia esas cumbres que asoman a lo lejos, modestas cerras pobladas como el Cueto Aravedes, o altas cimas nevadas como las que se recortan en el horizonte.
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