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 El Jorcáu Llagu es una quebrada tajada al pie del espolón de Los Cubertores (arista occidental desgajada de la cresta sureña cimera de La Corona). Es punto de paso de la vertiente de Colín a la Sierra La Trencia.
A medida que se finaliza el flanqueo por las faldas de la montaña, la cumbre del Carriá se enmarca en la abertura de la horcada. Es una primera toma de contacto con el cambio de perspectiva. Atrás se va a dejar la Sierra Bescoba, devolando visualmente a la angostura del Beyo. Carriá y Canellín, bastiones en la boca de entrada al desfiladero de desfiladeros, van a ser el principal referente de esta nueva parte del recorrido.
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 Por la otra vertiente del Jorcáu Llagu baja una canal cegada. La pedrera de su lecho rompe entre dos peñascos calizos, precipitándose sobre las faldas inferiores de la montaña.
Esta cegada escupidera se evita saliéndose de la canal por el Collao La Trencia. Con este giro se emboca la abertura del Beyo. Aunque sólo se enfila visualmente el primer sector de este desfiladero, quedando la parte más angosta oculta entre sus pliegues y repliegues, llega a verse la vertiginosa y cortante montaña del Niajo, en la otra punta de la garganta.
La prominente punta del Canellín, rematando una larga y empinadísima canal herbosa que baja desde su misma cumbre, sobresale del bosque que recubre todo este cordal del Precornión, y tras el que emergen las cumbres del Canto Cabronero (2.000 m.) y Valdepino, más modesto en cuantro a altura.
Foto ampliación: Jorcáu Llagu desde la Vega de Colín.
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 La bajada por La Trencia nos lleva a enlazar con una línea del tendido eléctrico. Una de sus torretas se ha instalado en la primera de las colladinas que dan paso a la Canal de La Vara. La otra torre se asienta firmemente sobre las peñas que forman la cueva de La Trencia. En este abrigo se guardan los rebaños de cabras y ovejas que pastan por la sierra. Quedan restos de un recinto muriao donde se cerraban las crías. En estas cuevas solían hacer majada los vecinos de los pueblos circundantes. Por la madrugada cataban sus rebaños y bajaban con la leche al pueblo.
La cueva marca el punto de inflexión de nuestro recorrido por La Trencia, doblando el canto de la cueva y entrando en una pindia canal que sube al Collao Robru.
Foto ampliación: base poste de la luz, en el canto sobre la cueva.
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 Como se ha mencionado, a la altura de la cueva se dobla hacia el Collao Robru. De frente se deja la Canal de La Vara, que baja directa al encañonamiento final del río Vallegón, en las inmediaciones de su desembocadura en el Sella en la localidad de Ceneya.
La Canal de La Vara suele usarse como variante de subida a La Trencia evitando el largo, pero hermoso, rodeo por Colín.
El arranque de la canal se coge en el tramo mejor conservado del antiguo camino que sube al pueblo de Amieva. Este camino se coge indistintamente en el ramal asfaltado de entrada a Cien o en Ceneya. Faldea muriao por la margen derecha del moribundo arroyar del río Vallegón. Las veredas que remontan por la directísima canal salen del mismo camino, justo cuando éste inicia un breve descenso a orillas del río. A partir de este momento el antiguo camino pierde gran parte de su interés. Cruza el Vallegón por un puente y sube a confundirse con la carretera de Amieva, que interrumpe en varios tramos el empedrado y desusado camino.
La Canal de La Vara es bastante pendiente. Argayos de tierra y bastante matorral caracterizan la engorrosa parte inferior. El tramo superior transcurre entre las largas hierbas y la pedrera. Destacan las singulares peñas que la delimitan por el lateral que mira al Sella.
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 El esfuerzo y la línea del tendido eléctrico nos llevan hasta el Collao Robru. En el collado se coge un buen camino que atraviesa en arco el valle del otro lado (que se abre en abanico desde el Collao Corona hasta los rompientes bajíos sobre el río Vallegón) y dobla la loma Sur del Picu La Cuesta, bajando al pueblo de Amieva.
No se divisa aún este pueblo, pero se intuye la grandeza del valle en que se esconde. Llama nuestra atención la depresión del Collao de Angón, que separa la Sierra de Amieva y el sector dominante del Precornión, señoreado por el Cabronero y el Valdepino.
A través de la abertura de Angón, despunta la vertiente occidental del Cornión con todo su explendor. Muestra su cara menos adulterada, alta montaña casi en estado puro. todo el elenco de torres que circundan la cubeta del Jou de Pozas, se ponen sus mejores galas para sorprender al sufrido mantañero que ha logrado completar los escorzos de este recorrido por tierras de Colín y de La Trencia.
Foto ampliación: Canal de subida al Collao Robru.
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