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Imágenes de una vida en la montaña (XXIX)* |
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Un día malo, con las sábanas pegadas a mi cálido pijama, soñé con Covadonga. Cuando desperté tenía las manos ateridas y la ropa de monte calada. Estaba solo en mi sueño, pues los domingos de lluvia atenazan al comodón. Terminé la tarde dominical con un libro en las manos. Narraba la historia que sentí vivir en la cuña de España. Covadonga en verano o en invierno, en coche o en bicicleta, a pie o a caballo, soñando o despierto, es el corazón de los Picos de Europa. No se pueden entender los macizos recorridos por los escorridos sarracenos, sin haber visitado el corazón del primer Parque Nacional español, el de la Montaña de Covadonga, el parque de Don Pedro Pidal.
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