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Imágenes de una vida en la montaña (XXIX)* |
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Covadonga no tiene más significado que el que queramos darle. Pasan los siglos y parece que nada ha cambiado. Pelayos y Alkamas, indios y vaqueros, negros y blancos, amarillos y azules, siguen luchando. En Covadonga todavía queda esperanza. Un marroquí volvió a reconquistarnos. Y gentes de todos los rincones lo aclamaban con palmas. Un simple hombre con pantalón corto y playeros, ganó la carrera de La Reconquista, que une Cangas de Onís con el Santuario, y Covadonga con Cangas de Onís. Se llevó un trofeo de Pelayo y todo nuestro reconocimiento. Entre el planeo de los buitres, siempre llega veloz una paloma, trayendo las nuevas con una simple rama de olivo.
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