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Imágenes de una vida en la montaña (XXIV)* |
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Aprovechando que están repitiendo los documentales de Félix Rodríguez de La Fuente (serie ´Fauna ibérica´), quiero recordar una frase de uno de sus cápítulos: ´La cabra montés es más ágil que el rebeco; tiene sus pezuñas mejor adaptadas a la roca.´ Son palabras que siempre me quedaron grabadas.
No tuve la oportunidad de ver una cabra montés en su ambiente; mas sí he disfrutado de la gracia de los rebecos.
Los he visto en las Peñas Santas (en la Grieta Rubia de la Peña Santa de Asturias y en la cresta somital de la Peña Santa de Castilla) y en los más complicados pasos de las canales de los Picos de Europa. Me han enseñado la salida de una vira cegada y los he dejado perderse al doblar los cantos en el vacío.
También tuve la fortuna de contemplar una cría de rebeco precipitarse en el vacío, en una pared de unos cientos de metros, en las peñas de la Canal del Agua, en los canalones que suben a la Garma (Cuetos del Trave). La madre los guiaba en una travesía cortando la pared (imaginad la vía del Naranjo de Bulnes abierta por Gustav Schulze, y así os daréis una idea del entorno). Una de las crías patinó. Algo así como caer por la chimenea de la cara Norte de Urriellu (vía del Marqués). El pequeño rebeco fue tropezando con todas las peñas, intentando enganchar sus pezuñas en la roca. Unos veinticinco metros de caída, más o menos libre. Hasta que, al fin, logró pegarse a la peña. Y no veáis a la velocidad con que trepó para llegar a la compañía de sus hemanos.
No niego esa afirmación de Félix Rodríguez de La Fuente. Pero dejo escrita una duda. Viendo las correrías de los rebecos, ¡las cabras montesas deben ser las arañas de la peña!
Ahora os dejo, que tengo una cita con Félix.
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