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Jultayu (Macizo Occidental)* Apéndice: coordenadas GPS |
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 Queda aún gente que sólo ve en las marchas de aproximación a la montaña una pérdida de tiempo, un accesorio de la montaña suprimible, que no deja disfrutar de la cumbre, entendida como único valor del montañismo. Reducen estas personas la montaña a su mínima expresión, degradando las marchas de aproximación por medio de infraestructuras cada vez más agresivas.
Sorprendentemente, esta visión contradictoria de la montaña llena los aparcamientos del entorno de los Lagos de Covadonga, en particular los más próximos a la montaña; aunque sólo sea para arañar un puñado de minutos. Tienen también estas personas cabida en estas páginas. Hasta cuentan con una pisada pista que les permite entroncar con nuestra ruta a la altura de la Vega de las Mantegas en apenas cuarenta y cinco minutos.
La pista se coge en el arboreto de Bujerrera, donde se encuentran los edificios destinados a la maqueta y a los servicios del complejo de Bujerrera (zona artificial creada para concentrar los flujos turísticos que suben desde Covadonga). Corta sobre el Centro de Interpretación del Parque Nacional de los Picos de Europa, dedicado a la memoria de D. Pedro Pidal (no sé, si a su faceta proteccionista e impulsora de la Ley de Parques Nacionales, o a su faceta de adelantado de la explotación turística del medio, gracias a una marca de calidad que dice proteger lo que en realidad vende al puro negocio turístico).
Foto miniatura: Majada de Belbín, abrigada en el declinar de la ola morrénica de pretéritos glaciares, tras la que irrumpe la piramidal silueta de La Jascal.
Foto ampliación: Doble concentración de cabañas de la majada de Belbín, que recibe la pista que viene del macrocomplejo de Bujerrera.
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 La pista de Belbín, gira en el Mirador del Príncipe (auténtica balconada sobre la Vega de Comeya), para encaramarse en lo alto de una de las lomas morrénicas que delimitan el circo glaciar del lago Ercina, en la Montaña de Covadonga. Remonta toda la cimera morrénica, hasta el final, donde vuelve a doblar para dejarse embelesar por las ondulaciones de la majada de La Llomba. La vega se resguarda en el fondo de una vaguada cegada, compendio de llamargas y sumideros, de la que emerge un pequeño risco, en cuyo regazo se levantan las escasas cabañas de la majada. Aunque el verdadero signo de identidad de la majada es la alargada charca, cada vez más acosada por la vegetación, que intenta protegerse con una empalizada de madera.
Devolando la collada que cierra el flanco oriental de este plácido cuenco, se afronta el largo descenso hacia la hondonada de Belbín.
La pista se interrumpe en la campera de la vega. Atraviesa fundida en el alfombrado, entre los dos núcleos de cabañas que configuran la majada, para salir por el extremo opuesto, en ligero ascenso hacia el frontal de la loma morrénica de Belbín.
La pista dobla este faldón extremo de la loma morrénica, en su verter a la Vega de las Mantegas, apurando sus últimos metros por el costado oriental de aquélla.
Foto miniatura: lomo de la llomba morrénica de Belbín, por donde remonta el camino de las majadas de Redondiella y Las Bobias. Al fondo el Cantón.
Foto ampliación: Majada de Belbín.
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