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Jultayu (Macizo Occidental)* Apéndice: coordenadas GPS |
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 Gamoneo es un topónimo genérico que engloba varios pueblos, pertenecientes a los concejos de Onís y de Cangas de Onís.
Remís y Esprón son los dos núcleos integrados dentro del Gamoneo de Onís. En Remís recibimos la carretera que viene de Demués. Algo más arriba se encuentra el más poblado pueblo de Esprón.
Esta puerta natural al Parque Nacional de los Picos de Europa, ha quedado desprestigiada por la mejor accesibilidad que ofrecen los Lagos de Covadonga. La vega de Ario pertenece al puerto de Onís, y a ella se dirigen los empedrados caminos del puerto que parten de los pueblos del concejo. Dentro de éstos, quizás sean Esprón y Demués los mejor situados, si hablamos en términos de proximidad. Son los enclaves más altos y cercanos al puerto alto de Onís.
Esta desvinculación que han hecho los montañeros de los caminos tradicionales de aproximación a las montañas, en beneficio de carreteras o instrumentos mecánicos de penetración masiva en el núcleo de las montañas, se deja notar en la escasa capacidad de acogida (entendida en sentido meramente de volumen) de estos pueblos del Cornión.
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 Esprón recibe la carretera con una curva en herradura. El ensanche de la revuelta puede aprovecharse para aparcar el vehículo (foto miniatura). Siempre teniendo presente que se ha de dejar suficiente espacio para que los pequeños camiones o autocares puedan maniobrar.
Aunque el punto de partida de nuestra ruta es este falso rellano, ante la falta de aparcamiento puede seguirse carretera arriba. En otra revuelta en la misma dirección, seguimos rectos por un estrecho ramal asfaltado que pasa al lado de una cuadra. Entra en una pequeña plazoleta con bancos, al lado de un curioso hórreo inclinado y asentado sobre un garaje.
En el primer punto reseñado se esconde una fuente. Justo antes del giro, entra entre el boscaje un sendero de tierra hacia el talud de la rampa superior.
Entramos en el pueblo, callejeando prácticamente en llano, por encima del bar. Salimos hacia el Sur por las pistas de la parcelaria, pasando al lado del hórreo de la miniatura anterior.
Nos encaminamos hacia la Majada de Peréu (invernales de la ampliación, con el Collao Entrepeñas y la Sierra de Escarandi al fondo), al otro lado de las praderías.
No cogemos el ramal que pasa junto a la ermita de Santa Marina (ver ampliación del apartado anterior, con el pueblo de Esprón detrás), sino que seguimos por el superior hacia los invernales.
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 Pasamos las primeras cabañas y apuramos los últimos metros de la pista, que nos conduce al viejo camino empedrado del puerto (fotos miniatura y ampliación).
Un rápido descenso, entre las murias de los prados y algún invernal disperso, nos deposita en el extremo de otra pista moribunda. Es el ramal desechado a las afueras de Esprón, que pasaba junto a la ermita.
Giramos a la derecha, dejando que la amplia pista vaya recuperando la bella fisonomía del viejo camino del puerto.
Se inicia un largo flanqueo entre los contrafuertes que ciegan los bajíos del Cuetu Salgaréu y de la Sierra del Collao Peréu. Estas quebradas van a dar forma a las dos entalladuras que van a jalonar esta parte del recorrido: La Cárcova y La Cañada.
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 La Cárcova es una ceñidura que recoge todas las escorrentías que, en días de lluvia, se precipitan desde Las Maedas, malos caminos de vacas que flanquean las laderas de la Sierra del Collao Peréu. En la misma Cárcova, junto a las cuevas que quedan a la derecha del camino, rompe también el seco salto que ciega la vaguada del Collao Peréu.
Nos dirigimos, seguidamente, a La Cañada. Entre ambos cañones se intercala un cómodo flanqueo de transición bajo las peñas que configuran ambos desfiladeros. El camino, empedrado en su mayor parte, discurre al resguardo de un bosque de castaños.
Un par de revueltas en descenso, en que el camino parece confundirse en varias variantes, apuntan el fin del cómodo paseo. Recalamos en La Cañada, donde la fría torrentera se cuela bajo los troncos de un antiguo puente (foto ampliación).
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 Pasada La Cañada se inicia el ascenso hacia Entrepeñas. El camino del puerto agoniza en los primeros compases entre la maleza y el barro, aunque pronto recupera su amplia caja empedrada. Remonta entre un limpio castañar (foto ampliación) antes de salir a la pista abierta sobre su trazado. Podría apurarse unos metros más cortando una de las revueltas de la pista, pero siguiendo una vereda de tierra por el lateral de la caja cegada del viejo camino.
La pista se dirige, con su ascendente faldeo (foto miniatura) hacia la abertura de Entrepeñas.
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 El extremo final de la pista, convertido en un rellano para maniobrar los vehículos agrícolas, alcanza el lugar conocido como Entrepeñas (foto miniatura).
Entrepeñas, junto con Escarandi, forman las dos destacadas colladas que se intercalan en el subcordal desgajado al Norte del Cuetu Salgaréu. Esta montaña es fácilmente identificable desde Esprón, pues con la Porra Uberdón forman la cuerda que cierra el circo de Gamoneo de Onís por el Sur, engarzadas ambas cumbres por la amplia collada de Llanu Cantu (por donde se cuelan los caminos de Las Maedas hacia la Vega de Comeya).
Vemos la Porra Uberdón en la ampliación, tomada desde Entrepeñas. La línea de nieve apunta el descenso hacia Llanu Cantu, mientras se recorta por la derecha toda la cuerda subsidiaria de la Sierra del Collao Peréu, con el Bruxeru y la Muda.
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 Vemos en la ampliación el camino recorrido, con las pistas de la parcelaria y la ermita de Santa Marina en primer termino. Al fondo el nevado Cuetu Salgaréu y Entrepeñas, tras el que despuntan el Collao Lincós y la Peña Jascal.
Proseguimos nuestro camino devolando la collada de Entrepeñas. Lo mejor es subir el talud que cierra el rellano de la pista, y atravesar la pradera en diagonal. Al otro lado del prado que forma la collada retomamos el viejo camino del puerto. Ha de tenerse cuidado, pues por esta vertiente de la collada salen dos caminos. El camino del puerto es el superior, que gana altura paulatinamente.
Pronto retomamos los tramos empedrados (foto miniatura), que alternan con zonas de barro y profundos cortes del enconchado.
Avanzamos inmersos en un bosque de corte arbustivo en que dominan los acebos.
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 Cede pronto el boscaje, y entramos en una abierta ladera, en pleno flanqueo de la Sierra de Escarandi. Por debajo del camino llama la atención el aislado emplazamiento de Coballos, una pradera cercada, con un par de desiguales cabañas en uno de sus costados. Un pequeño oasis en esta cabecera de valle caracterizada por las quebradas montunas del puerto bajo.
Por el cordal que cierra la otra vertiente del valle remontaba el Camino de la Reina, hoy reconvertido en amplia pista, digamos ganadera. En las dos imágenes del apartado se muestran dos tramos de esta pista, siempre con el protagonismo de Coballos en primer término.
En la miniatura se aprecian las últimas rampas de la pista, cortando en diagonal las inclinadas faldas del Cabezo los Negros o Negros de Camba. Dobla al final por el Collao de Camba hacia Soñín de Arriba.
En la ampliación se muestra la parte final del tramo más liviano de la pista, que entra en comba en el Collao Reguero, donde convergían los caminos del puerto de los pueblos del alto Güeña. La verrugosa peña de la izquierda es el Cabezo Pandescura.
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 Las dos imágenes de este apartado están tomadas desde la pista que sube, desde Demués, a Soñín de Arriba, al otro lado del valle. Desde ésta podemos darnos una idea de conjunto de este tramo de camino del puerto en que nos encontramos. El retal de Coballos permite una fácil identificación del terreno. En la miniatura vemos esta pequeña parcela en la misma vertical de una collada verde. Se trata de Escarandi, primer remanso del subcordal que se desgaja de las cimeras del Cuetu Salgaréu. Vemos asimismo la raya del camino del puerto cortando por la mitad toda la ladera de esta montuna montaña.
En la ampliación nos fijamos de nuevo en la verde campera de Coballos. Aparece más destacado el Collao de Escarandi y las prominencias superiores de su sierra. En la comba inferior del subcordal quedaría Entrepeñas, tras el que despuntan parcialmente los pueblos de Gamoneo de Onís, que ya se han dejado en la otra cabecera de valle.
Es interesante recalcar la proximidad de Escarandi, pues hacia los restos de esa majada sube el único camino que se desgaja del nuestro en este flanqueo hasta el puerto alto. No es un cruce que llame la atención en el ascenso, incluso llega a pasar desapercibido; pero si se hace el recorrido en descenso sí da lugar a la duda.
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 Superado el cruce con el camino de Escarandi, el camino del puerto prosigue su continuo flanqueo ascendente por los costados del Cuetu Salgaréu. Aparte del breve tramo muriao que se encuentra más abajo, los dos puntos más reseñables -dentro de la uniformidad del camino - son el paso bajo una peña quebrada y la salida a la falsa horcadita que forma una solitaria peña prieta, que se intuyen en la foto ampliada.
Los días de lluvia se forman torrenteras como la de la foto de la miniatura, que fluyen por los pliegues del Cuetu Salgaréu.
El camino remonta hasta coronar el Collao Salgaréu, que en la ampliación se oculta parcialmente tras el peñasco que ciñe nuestro camino. Se agolpan en distintos planos tres montañas: la piramidal cuesta en cuya cúspide se ha instalado el mirador de Camba, un peñasco intermedio que separa los Collaos de Camba y Salgaréu, y, sobresaliendo parcialmente, la peña del Cantón del Texéu.
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 El camino se pierde al llegar al Collao Salgaréu. Esta collada se encuentra en la cuerda de cumbres que forman el primer pliegue del Cornión. Constituye la más destacada depresión entre el Cuetu Salgaréu y el Cabezo los Negros. En el canto occidental de esta cumbre se forma un segundo collado (Collao de Camba), menos marcado, pero igualmente importante al ser el punto de paso del camino de Demués (la acutal pista ganadera).
El Collao Salgaréu es la puerta de entrada a la majada de Soñín de Abajo, que quedaría a nuestra derecha (Oeste - Sudoeste), a un par de minutos de marcha y, por tanto, oculta desde esta collada.
Fotos: el Cantón del Texéu visto desde el Collao Salgaréu o de Soñín.
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 El camino devolaría el Collao Salgaréu y flanquearía en dirección a las Cueñes del Cantón. Bastante perdido y con vallejas de llamarga, creo que la mejor opción es meterse hacia el contrafuerte que cierra el Collao Salgaréu por el Este. En su base encontraremos un bebedero. Bordeando este peñasco por la vertiente Norte, se remonta (foto miniatura) hasta las inmediaciones del Collao de Camba, enlazando con la pista que viene de Demués (foto ampliación).
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 Por el Collao de Camba se pasa a Soñín de Arriba (foto miniatura). Esta majada busca el resguardo de las laderas que vierten al Casaño, en una concha de campera abrigada entre una sucesión de xerros calizos que se intercalan entre el Cabezo los Negros y el Cantón.
Del Casaño sólo queda la referencia de una profunda angostura desde la que se elevan las agrestes canales de Ruana (Picho y Lerva). Para contemplar la bravura del alto Casaño la opción más sencilla sería desviarse hacia las prietas crestas del Cabezo los Negros. Esta cumbre de oscuras rocas es uno de los mejores miradores del Casaño. La otra opción, bastante más costosa, es descolgarse por las inclinadas laderas hacia su surgencia en el Hoyo la Madre (foto ampliación).
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 La miniatura muestra una imagen aérea (tomada en la cima del Cantón) de este trozo del recorrido. Vemos la pista de Demués entrar en comba por el Collao de Camba. A su derecha, la loma de la collada se va perfilando hasta modelar la cimera del Cabezo los Negros.
La loma que se extiende entre los Negros de Camba y el Cantón se interpone entre la pista y la majada de Soñín de Arriba, de modo que, pese a la cercanía entre ambas, la majada pasa casi desapercibida para el caminante.
El tramo de pista es corto, muere unos metros más adelante, bajo las cortadas del Cantón. En su extremo se ha habilitado una explanada donde suelen encontrarse estacionados los vehículos de los pastores, que disponen de una marquesina de madera en que resguardarse.
La pista se detiene ante un bloque de piedra donde aún se intuye la leyenda: Parque Nacional. Entrando por su izquierda, enseguida se retoma el empedrado camino del puerto. Con niebla cerrada es preferible entrar por este lado del pedrusco; aunque el proyecto es continuar la pista hasta Belbín, haciendo innecesaria esta precisión.
Foto ampliación: silueta del Cantón.
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 El camino flanquea por la vertiente occidental del Cantón, atravesando por la cabecera todas las laderas de llamarga que se ciñen en embudo hacia la Vega de Comeya.
Nada más dar la vuelta a este torreón natural (foto ampliación) se divisa con nitidez la redondeada cumbre del Jultayu (recortada en el centro de la imagen).
En los caminos del puerto debe dejarse preferencia de paso a los rebaños de los pastores. Si alguien se olvida de esta norma no escrita, nunca faltará un buen astado que nos la recuerde (foto miniatura).
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 Rebasado el Cantón, el camino entra en las cueñes del mismo nombre. En este apretado descenso, recibe por la derecha el camino del puerto de Gamoneo, que venía flanqueando en paralelo al nuestro, pero más bajo. Por esta resquiebra también se cuela el camino que sigue hacia los Lagos.
En este cruce se unen dos senderos señalizados del Parque. De un lado el GR Ruta de la Reconquista (Covadonga - Cosgaya), y de otro la ruta de pequeño recorrido que sube a Los Lagos desde Demués.
En la bajada por la cuenye encontramos las tres bandas de color correspondientes a ambos senderos (foto miniatura).
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 El camino troncal del puerto remansa hasta diluirse en la Vega las Mantegas. Esta hondonada de pasto se configura como una alargada planicie. Delimitada por xerros calcáreos, busca su salida natural por el ondulado frontal de la llomba morrénica de Belbín.
Una charca central que se multiplica con las abundantes lluvias es la bella nota de discordancia en este alfombrado césped natural.
En un lateral un vallado de madera es el único atisbo ganadero en una vega que no ha llegado a convertirse en majada.
Fotos: Vega las Mantegas con el Cantón y sus Cueñes delimitándola por el Noroeste.
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