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Rutas por los Picos de Europa

Peña Parda (Macizo Occidental)* Apéndice: coordenadas GPS

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Cerra de Dobres y Cueto los CallejonesLigeramente sobrepasada la altura de las cabañas un poste de madera señala hacia la fuente de Juan Burón, empozada entre la vegetación en el costado de la pista.
  De la revuelta contigua, se desgaja un camino / pista secundario, anegado frecuentemente en su inicio. La pista principal se desentiende definitivamente de la cuenca superior del río Argoya, un abanico de regueros cuya valleja principal parece apuntar hacia los puertos de Dobres. El recorrido de corte más marcadamente senderista seguirá vinculado a esta pista principal que vaga sin rumbo por las faldas boscosas de la montaña con la única finalidad de ir ganando altura para lograr conectar con los pastizales de la Vega de Llos.
  Por su parte, quienes se decanten por acercarse hasta el Collao de Dobres, han de desviarse de la pista de Llos, entrando en ese camino en apariencia secundario que arranca de la pronunciada revuelta con que la aquella pista deja este primer invernal de la Majada de Argoya.
  El camino, casi pista al principio, pues es acceso a alguna de las praderías del entorno, faldea cortando las laderas de campera que vierten mansamente al río Argoya. Linda con una muria descuidada, casi testimonial, reforzada por una alineación de jóvenes avellanos que cierran en falso el paso al prado.
  Dos curces sucesivos siembran las primeras dudas al final de este tramo recto inicial. En el primero se toma el ramal de la izquierda, dejando la pista que sube por la derecha a través del grueso pasto. A continuación se elige la opción opuesta, pues la falsa pista de la izquierda no es sino la entrada a la última pradería antes de adentrarnos en el bosque.
  La fresca oscuridad de las frondosas hayas de gruesos troncos alineados acompaña unos metros al camino que busca refugio en los cantos rodados de una pequeña riega. Sencillo vadeo que se repite unos metros más adelante, pues el camino es atravesado por los dos desagües más destacados en el aporte de aguas a la cuenca del río Argoya, nacidos en los altos puertos de Llos y Jover: los Arroyos Miradorio, que recibe su nombre del monte que atraviesa, y Defrechas.
  El camino se interna débil y brevemente en el bosque, afrontando un primer repecho que permite coronar el canto contiguo de las plegadas laderas, doblando a una pelada ladera de escobales y matorral. Echamos la vista atás, aprovechanco esteclareado del monte, para buscar la larga comba del Collao Bustiello y su apéndice montuno del Pico Cuerno (foto ampliada). Detrás despuntan las Peñas Cifuentes (Torres del Friero, Hoyo Chico, Hoyo de Liordes y Salinas) y la compacta caliza de los Urrieles del sector Llambrión - Palanca.
  El sendero vuelve a llanear. Camina a media ladera, pasando junto a un buen ejemplar de roble, antes de reinternarse en el bosque (foto miniatura). Al fondo la redondeada cimera de la Cerra de Cuba empequeñece el en apariencia pequeño peñasco del Cueto Los Callejones. A su izquierda el Collao de Dobres, pasando desapercibido el Collao Escobaloso, un ligero acombamiento en el canto interrumpido del Abedular.

El bosque gana el protagonismo de la acensión. El camino afronta su tramo más húmedo y sombrío, retenidos los rayos del sol entre las tupidas hojas de las hayas. Deben atravesarse nuevos arroyos, profundos surcos en la valleja que apuntan las irrefrenables escorrentías que rasgan el monte en días de fuertes lluvias. El camino cruza con temor la primera torrentera, casi armado para mantener su fisonsomía frente a las avenidas. Parece que huye de cada regón que lo atraviesa, pues de cada riega sale en rápido ascenso cortando las laderas del monte. Ascensos cortos e interrumpidos por suaves tramos en llano. Aparte una segunda riega secundaria y desapercibida, desciende suavemente entre el bosque hacia una de las vallejas troncales en la cabecera de lo que será el río Argoya. Cruza el nuevo regón, con nueva salida en ascenso de espaldas al fresco y débil cauce de la riega. Mas esta vez, al coronar el canto, torna a la derecha e inicia un continuado y consolidado ascenso por terreno abierto de gamón, quizás de altos helechales en fechas más estivales. Es uno de los primeros puntos conflictivos en que, dependiendo de la estación y del paso de personas o animales, puede difuminarse el sendero. Aparecen los primeros jitos. Esta claro del bosque cede y el sendero continúa ascendiento lentamente, casi faldeando por un bosque continuo pero no compacto, un recorrido forestal que deja respirar y por el que logra colarse algún rayo de sol.
  Falso faldeo entre las vallejas naturales que convergen en el nacimiento toponímico del Río Argoya, que pronto retoma sentido marcadamente ascendente por una ladera de altos árboles con lecho de musgo y hojarasca que amenaza con difuminar la, en su día, amplia caja del camino. Sube la ladera en largos tornos, con miedo a perderse en cada uno. Otro tramo posiblemente conflictivo, también en atención a la época del año y al paso de gente y ganados. Se mantiene en pie algún jito. En todo caso ha de tenerse en cuenta que la ladera corta por la derecha sobre la cuenca principal de La Rebellada, valleja que se ha cruzado más abajo y a la que se ha de volver al final de la ladera. En efecto, al final de la larga cuesta por el bosque, el sendero se desvía a la derecha doblando un canto en cun claro abierto en el monte por el que alcanza a verse la cuerda del cordal por la que se pasa a los Puertos de Dobres (foto ampliación).

Collao DobresEl sendero desciende apenas unos metros, para colarse detrás de una enorme roca de conglomerado recubierto de húmedo musgo. Al otro lado de la roca cae a una riega oculta entre la vegetación para encaramarse a las laderas de su margen opuesta. Apuesta decididamente por subir, trazando tornos tan continuos y breves como empinados, al punto de que aparenta un atajo por el corte del talud en vez de aquel viejo camino de amplia caja en desuso que nos había traído hasta aquí. Entre las brumas y nieblas de la mañana quiere verse un pelado salto de agua en la vertiginosa cabecera del río La Rebellada. Queda lejos, y el camino pronto gira hacia la derecha abandonando definitivamente todo referente de la riega.
  Por los claros que se abren entre la hojarasca vuelven a despuntar el Fiero y torres vasallas. Un frente nuboso amenaza con engullirse las altas torres del Central. En la placidez del valle, el Collao Bustiello sigue frenándose en el promontorio recubierto de bosque del Pico del Cuerno (foto ampliación).

El Abedular desde el Collao DobresLos gruesos troncos de los brezos y las escobas desgarrados y sus resecos ramascos amontonados a la vera del sendero son clara muestra del paso de las cuadrillas de desbroce del Parque Nacional. Labor que se ha de agradecer y que permite recuperar un camino que se había quedado cegado en los últimos años en su salida al Collao de Dobres.
  El Collao de Dobres es una muezca horquillada que encauza el camino. Coronada la cimera del puerto, ceden las frondosas cuencas del río la Rebellada y se dobla a unas romas lomas de pastizal, entremezclado con escobales.
  El hayedo apura sus lindes, escupiendo agrupados retales que ceden ante la pujanza del matorral del Puerto de Dobres. El cordal a que nos hemos encaramado, azotado por las nieblas y vientos empujados desde las profundidades del Dobra hacia esta cimera depresión defensiva de Valdeón, queda pelado de arbolado, recluido a las más protegidas laderas de sus costados.
  Dos montañeros charlan (foto miniatura) en un extremo del collado, en el arranque del sendero que pasa al contiguo Collao Escobaloso, en la base del canto que remonta hacia El Abedular. Al fondo el submacizo calcáreo de la Bermeja.
  En la foto ampliada otro par de montañeros baja por el camino que dobla a la vertiente de Sajambre. Cruza una riega para unirse, en la campera del otro lado al camino que baja de las Colladinas de Dobres (procedente del Puerto de Panderruedas). Continúa faldeando por el monte en dirección a Vegabaño y a Soto de Sajambre. Reseñar que el límite entre ambos municipios no se encuentra en el mismo cordal, sino en un promontorio, aislado en mitad del monte, en que el sendero de Soto de Sajambre cambia el falso llano por un acusado descenso.
  El Cueto de los Callejones recibe los tímidos rayos del sol, en tanto que la caliza de Peña Blanca se disimula entre las sombras. La Peña Blanca se ocultaba durante el ascenso tras las suaves líneas de la Cerra de Dobres. Entre estas cimas se forman las Colladinas de Dobres, recibiendo el nombre de Collada Blanca la que separa la peña del mismo nombre del Cueto los Callejones o Pico Samaya.

 
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