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El Cantón (Macizo Occidental)* |
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Gamoneo - La Muda - Bruxero - Porra Uberdón
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1305.jpg&w=300&c=458) En el Collao de Prao Redondo (549 m.), la carretera que viene de Llano devola a la vertiente de Gamonéu de Cangas. Se desdobla en dos ramales. Sigue de frente al que va al barrio de Sogaedo, aislado en lo alto de una llomba de pradería. El de la derecha es el que baja por Los Cuetos, Las Cuerrias y las Casas de Abajo.
Las faldas de pradería que ascienden al sur de la collada, ceden ante el empuje del matorral, que ocupa la franja inmediata al xerro de la Corona el Canto. Este peñasco calcáreo es el bastión en que se contienen las líneas de cuesta de la Sierra Bijorcos. El Collao Peréu, donde se coge la cuerda del cordal que culmina en la Porra Uberdón, se oculta en la parte opuesta del xerro calcáreo de la Corona el Canto.
En la miniatura se ve una imagen cuasifrontal de la Corona el Canto (724 m.). Más definida y estilizada aparece en la ampliación, vista de un lateral. A su derecha la prominencia de La Muda, primer propmontorio de la cuesta que conduce a la Porra Uberdón.
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 Se entra por el ramal de Sogaedo. En Prao Redondo llega a la carretera una pista procedente de las praderías de la izquierda (Sur), con la que enlazaremos un poco más arriba.
Caminando hacia el pueblo (no se llega a la altura de un cruce con un bebedero, en que sale otra pista a la misma mano, a las puertas de Sogaedo), a mitad de camino entre ambas pistas, más o menos, se coge a contramano (izquierda) un sendero. Disimulado entre el boscaje que linda las fincas, aparenta ser la continuación del camino cortado por la carretera que viene por el fondo de la vaguada, entre la ería, encajonado entre los setos y separaciones de las praderas.
El sendero, abandonado, aunque aún no perdido del todo entre la maleza, se comprime entre el talud y los murios y setos de la ería. Muere tras un breve trayecto, afectado por la caja de la pista que baja al Collao de Prao Redondo.
Se continúa ascendiendo por la pista, frente al xerro de la Corona el Canto, que se ha de flanquear por los contrafuertes de su costado derecho (Occidental).
La pista pronto va degenerando. La maleza se va adueñando de su caja. El sendero empieza a destacarse ligeramente por arriba de la pista. Mientras la cegada pista va perdiendo altura en dirección a un invernal, el sendero sigue ganando altura paulatinamente, distanciándose cada vez más de la pista.
Dobla por los contrafuertes inferiores de la Corona el Canto. Al entrar en los roquedos del xerro, el camino conserva parte de su primitivo trazado. Entra pegado a la peña de la Corona el Canto en una abierta vaguada. En la parte inferior una franja de bosque marca el tránsito de la vaguada a una umbría valleja, por cuyos bajíos baja la pista de Sogaedo a El Río (Argañéu), que cruza en dirección a Pioru.
Vaguada arriba remonta el sendero que, cerca del Collao Peréu, se retuerce evitando el cotoyal.
En la miniatura vista de los barrios de Los Cuetos y Las Cuerrias desde la Corona el Canto. En la foto ampliada vista de la cara Norte de la Corona el Canto. Accesible desde el Collao Peréu y que presenta una vira diagonal surcada por los bichos que se resguardan en el paré intermedio.
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 El Collao Peréu (681 m.) se incardina entre el xerro calcáreo de la Corona el Canto (Norte) y la cuesta que culmina en el promontorio de La Muda (Sur). En un rellano de la vaguada que baja por el Este de la collada, alcanza a verse un bebedero. La vaguada presenta una encañonadura en la parte inferior que cae sobre el camino del puerto que viene de Entrepeñas.
La ruta prosigue por la cuerda de la sierra que se levanta al Sur. Al principio la cuesta es bastante voluminosa y poco definida, mas en el mismo Collao Peréu se coge una vereda de oscura tierra de turba que remonta cuesta arriba.
En la miniatura vista de La Muda. Este coteruco aparece resaltado por los rayos del sol y escoltado por los barrios de Gamoneo de Cangas. Detrás las calizas de la Corona el Canto (en medio quedaría el Collao Peréu). A la derecha de la foto, El Esprón (Gamoneo de Onís) y Demués, separados, aunque no se aprecie con nitidez, por la cuenca del río Tabardín.
La foto ampliada está tomada en el Collao Peréu, con la nevada Peña Jascal al fondo.
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 También en el Collao Peréu se puede optar por desviarse por el camino de la Maeda. Éste flanquea las pendientes laderas nororientales de la Sierra del Collao Peréu, cortando a media ladera, por la vertiente de Gamoneo de Onís, hasta el collado de Llanu Cantu. El topónimo ´maeda´ alude a un paso malo para las vacas. Es un sendero bastante evidente una vez que se entra en él. Surca, sin embargo, la engañosa amplitud cabecera de un embudo de vertiginosas laderas herbosas que se entuban, en las profundidades de Gamonéu, en los cañones tortuosos de La Cárcova.
El sendero de la Maeda se hace evidente en la foto de la miniatura cortando las laderas de la Sierra del Collao Peréu. La Muda es el puntiagudo promontorio que destaca en mitad del canto de la cuesta. La Corona el Canto es la peña calcárea difuminada por la luz del sol.
En la ampliación nos sorprende un mastín cuidando las ovejas.
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 Viene nuestra vereda remontando todo el cuestón desde el Collao Peréu. No corona el promontorio de La Muda (850 m.), sino que lo flanquea por su costado izquierdo (Este).
Retorna a la cuerda del cordal en el rellano de campera contiguo a la cima de La Muda, que queda al alcance de la mano.
Rebasado este apéndice de la sierra, ésta perfila sus contornos y se dota de unas líneas más definidas.
Las quebradas argayadas que profundizan las fallas erosivas del costado occidental de la sierra, tajan la cuesta hasta su misma cimera, afilando los prietos peñascos que afloran en ella. Evita la vereda este crestón por su lateral izquierdo. Gira al poco contra la peña, ceñido en una cueñe tallada en la peña por la que pasa a la otra vertiente, sobre las fallas que desgarran este costado de la sierra.
Canto arriba, la senda va haciéndose cada vez más difusa. Varias trazas de vereda invitan a flanquear la sierra por el costado occidental. Mas proseguimos por todo el canto del cordal a coronar la cima del Bruxeru (1.011 m.)
En la foto ampliada vemos las cumbres de la Porra Uberdón (izquierda, más baja y escondida) y del Bruxeru (a su derecha y en primer plano).
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 Busca la sierra su plenitud en la punta de la Porra Uberdón, donde este cordal secundario por el que se vienen padeciendo corona el frontal de lo que sería la primera barrera del Cornión, pantalla de contención que ha llevado a algunos autores a bautizar estos cordales como Precornión (Norte). Antesala de la matriz del macizo, orográficamente definida al venir desgajada del núcleo calcáreo por profundas depresiones; en este caso por el inmeso hundimiento del tremedal de Comeya.
El Bruxeru y la contigua Porra de Uberdón, están separados por el Collao Bijorco (Biforco).Este vértice de separación obliga a perder la ganada barrera de los mil metros (976 m. tiene el collado), para recuperarla con holgura en el esfuerzo suplementario que nos lleva a coronar la Porra Uberdón (1.055 m.).
En la miniatura vemos la montaña del Bruxeru, vista desde la subida a la Porra Uberdón. A su izquierda (centro de la imagen más o menos) destacan Les Carriaces (por la quema de su ladera oriental) y, detrás, Priena. Al fondo se recorta la sierra costera del Sueve.
En la ampliación tenemos la Porra Uberdón desde el Bruxeru.
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 Frente a la Porra de Uberdón se abre el vasto tremedal de Comeya, uno de los poljés más importantes de los Picos de Europa (en el antiguo Plan Rector del extinto Parque Nacional de la Montaña de Covadonga llegó a integrarse en la zona de reserva).
Toda esta profunda depresión, parece dar forma a una barrera natural que desgajaría la Sierra Bijorcos del faldón norteño del Cornión. Las enormes dimensiones de la Vega de Comeya, si bien no afectan a la uniformidad geológica del macizo, van a incrementar notablemente la dureza de las marchas de aproximación a la alta montaña del Macizo Occidental.
La Vega de Comeya viene rematada por el Sur, a modo de teatro romano, por una muralla en apariencia infranqueable. En la meseta superior, separados por la loma morrénica de La Picota, se encontrarían las cubetas de los lagos Enol y Ercina. El reflejo de los coches doblando por el frontal de la llomba sirve de lastimosa referencia. Desde la Porra Uberdón se empiezan a descubrir las verdaderas dimensiones del Cornión, evidenciando el tremendo impacto qeu ocasiona la carretera de Los Lagos, que mueve cifras que oscilan entre el medio millón y el millón de visitantes anuales. El flujo de vehículos se hace notar en Caña Valles, tramo de carretera que nos ha ido acompañando visualmente una parte del ascenso. Esta infraestructura concentra en el corazón del Cornión la principal entrada de visitantes al Parque Nacional (el más visitado de la Península), dejando sin efecto el filtro del esfuerzo que implican las largas marchas de aproximación, adulterando la penetración en la alta montaña de las Peñas Santas y desviando los flujos de entrada a favor del concejo de Cangas de Onís. Siendo Demués y Gamonéu la entrada natural al puerto de Onís, antesala de las ascensiones al Jultayu, Cuvicente y Verdilluenga, es Covadonga, como legado de la minería en el entorno de los lagos, el punto en que se concentra el grueso del montañismo que accede a este macizo.
En la miniatura se muestra una imagen del tremedal de Comeya, tomada desde la Porra Uberdón. En el declinar de la ladera que se desliza sobre la hondonada soleada, se aprecian las labores de desbroce llevadas a cabo por Parques Nacionales.
En la ampliación, vista de Uberdón desde Entrepeñas. A su derecha va cayendo toda la cuerda cimera de la sierra que se ha coronado, hasta romper en el Collaú Peréu con el xerro calcáreo de la Corona el Canto. Destacan en la línea de cuesta las cimas del Bruxeru y de La Muda, ésta apenas un apéndice en punta en la mitad inferior de la cuesta. Por esta vertiente de la sierra corta La Maeda, sendero que enlaza el Collao Pereo con Llano Canto.
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