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Imágenes de una vida en la montaña (II) |
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Covadonga es un mundo de contrastes. Su esencia como Santuario Mariano se refleja en la oración y el silencio; mas su simbología la ha convertido en la principal entrada turística al Parque Nacional. Cifras de visitantes que llegan a rozar el millón de visitantes anuales, hacen difícil compaginar turismo y recogimiento. Con nuestra mochila entramos en los bosques que rodean el Santuario, descubriendo con satisfacción como las voces se ahogan entre las flores y ramajes de los árboles. Queda impregnada en nuestra retina la imagen de la Basílica, que brilla en la espesura con luz propia, más que por su característica tonalidad, por haber recobrado una dimensión espiritual adormecida entre las caravanas de vehículos que la inundan.
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