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Cotáguila (Macizo Oriental)* Apéndice: ruta alternativa en coordenadas GPS |
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_8223.jpg&w=300&c=458) La carretera de Cabañes pasa por la parte alta de Pendes. Nos acercamos a ella. Junto a la garita para esperar el autobús encontramos el panel explicativo sobre la castañera de Pendes. Panel que antes estaba en el área recreativa a que ahora nos dirigimos.
El tramo de carretera nos permite ver una panorámica general de Pendes, concretamente del barrio recogido en la hondonada que hemos evitado. Se percibe claramente como parte de la mancha de castaños lo envuelve.
En la foto vemos la Peña Ventosa y la nevada sierra de Peña Sagra. La Peña de Pendes se aprecia malamente por hayarse empastada en las montañas del otro margen del Deva.
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 Subimos por la carretera hacia el área recreativa de la castañera. Apenas un paseo dada la brevedad del trecho asfaltado. Llama la atención la doble revuelta que lleva a coronar la collada en que está este área de esparcimiento.
Cuenta con parrillas, un par de columpios, asientos, un pequeño campo de fútbol anegado por el agua. Todos los elementos propios de estos enclaves de esparcimiento, incrustados en las suaves lomas en que crecen gruesos y hermosos ejemplares de castaño.
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 Del área recreativa que se encuentra a la derecha de la carretera que va a Cabañes, salen dos pistas. La primera se encamina a este pueblo, doblando la loma que cierra el área por el Norte e iniciando el descenso al fondo de la cuenca del río Robejo. En ella se encontrarán las señales de la Ruta Jacobea.
La segunda, que es la que ha de seguirse, se dirige al Este. Bien por el flanco que mira al Valle de Castro-Cillorigo, bien encaramados en la cuerda del ondulado cordal que choca contra la Peña de Pendes, se va disfrutando de una magnífica vista.
El cordal delimita por el Norte la cabecera de la cuenca del Río Robejo, donde se asienta el pueblo de Cabañes y sus barrios de Penduso y Trescoba. Son pueblos muy solelleros, recogidos en las faldas sureñas de los Ciruenzos (Mayor y Menor).
En la miniatura vista de Cabañes y los Ciruenzos. En la foto ampliada panorámica sobre el Valle de Castro-Cillorigo.
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 No tarda en llegarse al Collao Arenas, depresión que sirve de engarce con la Peña de Pendes, que corta en perpendicular el modesto cordal que se viene recorriendo.
En la collada se recibe por la izquierda una pista que viene de Pendes. Devolando la collada hacia el Norte se bajaba directamente al Desfiladero del Río Robejo. Con la apertura del viejo camino que recorría este desfiladero, cegado a la altura del Pontón de Arriba por la maleza, se ha dejado de pasar por esta salida secundaria del desfiladero hacia el Collao Arenas, cerrándose progresivamente por la maleza.
La pista recorre en su integridad la línea del Collao Arenas, entrando a la Peña de Pendes por su punto más vulnerable, el Collao Mampuertas.
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 El Collao Mampuertas se encuentra en el sector norteño de la Peña de Pendes, el menos afilado. Los tendidos taludes de la pista están teñidos de un fino grijillo que caracteriza al collado.
La Peña de Pendes comprime, junto a los despeñaderos de la Peña Ventosa, las primeras angosturas del Desfiladero de La Hermida, hacia cuyas vertientes el Collao Mampuertas es puerta de paso.
El sector del cordal que se extiende al Sudeste va estrechándose hasta terminar convertido en un fino filo calizo cegado por una cortada brecha que aisla el extremo sudoriental del mismo. En sus tranquilas peñas es frecuente contemplar a los buitres apostados al sol, esperando que empiecen a formarse las corrientes ascendentes de aire que les permite planear sin gastar fuerzas.
Ejemplares jóvenes de quebrantahuesos procedentes del Pirineo son cada vez más frecuentes en los Picos de Europa, y es este sector de los Picos donde más avistamientos se están constatando. Incluso ya se ha reseñado la presencia de un ejemplar adulto.
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 La pista devola el Collao Mampuertas y gira a la izquierda, empezando a perder altura suavemente por la vertiente que mira al pueblo de Lebeña.
En el mismo collado, a la izquierda de la pista, quedan restos de un camino que discurre paralelo a aquélla, pero algo más alto.
El camino muere en un rellano parcialmente escarbado. La pista traza una revuelta a la altura del mismo, antes de perderse definitivamente, vaguada abajo, ente el encinar que cae sobre el Deva. Un sendero que sale de la misma revuelta permite alcanzar el rellano superior. Todas estas canales de la Peña Pendes están cegadas en su parte final, al dar al Deva. La carretera del Desfiladero de la Hermida discurre por las peñas de la margen opuesta.
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 El rellano en que muere el abandonado camino que se coge en el Collao Mampuertas, queda prácticamente pegado a una collada que cae sobre la vertiente del río Robejo. Se alcanza así el frontal Norte de la Peña de Pendes, que delimita todo el breve Desfiladero del Río Robejo, por donde discurre el camino que une los pueblos de Allende (Lebeña) y Cabañes, con la variante apuntada en su momento, tomada por la maleza, que escapaba del desfiladero por el Collao Arenas y pasaba a pendes.
Para encaramarse en una de las mejores atalayas sobre el cerrado valle de Lebeña, puede subirse al peñasco de su derecha (Este). Este modesto coteruco de 619 m. responde por la belleza de sus vistas al sugerente topónimo que la tradición le ha asignado.
La subida es un poco agradecido y breve entramado de llambrias, hierbas y matorrales, mas se ve compensada por su privilegiada posición sobre Lebeña y su barrio de Allende. Enfrente, sobre las faldas de encina que se elevan sobre este barrio, irrumpen las verticales paredes del Cueto Agero.
Entre ambos pueblos, en la margen derecha del Deva está la iglesia prerrománica (s. X) de Santa María de Lebeña, joya mozárabe de La Liébana.
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