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Vegahuerta -2ª parte-: Jou de Pozas (en construcción) |
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 Desde la puerta de la cabaña del Chamozo se mira hacia las lomas de matorral que cierran este cuenco de La Medoria (salto apagado que ciega el Canalón de Valdecarombo) por el Norte.
Con el otoño y la seca del estío se apaga la vida vegetal, remarcando las veredas del puerto. Tomando como referencia la esquina del tejado de la cabaña (foto miniatura), es fácil adivinar el rastro del sendero polvoriento que sube, doblando la morrena, al Hoyo de Los Castellanos.
Foto grande: Ganado en las inmediaciones del Chamozo. Emerge la Cotorra de Escobaño desde la foresta del Dobra, sin que el Jario desprecie un apunte de protagonismo.
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Chamozo (Carombo) - Majada de Corroble.
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 Fijada la referencia del camino en la cabaña del Chamozo, se reemprende la marcha.
La ruta se dirige al lecho reseco del otrora regato alimentado por el salto de La Medoria (donde vierten todas las correntías del Canalón de Valdecarombo).
En este punto no hay que dejarse engañar por las marcas de pintura, que apuntan a La Jocica. El sendero que sube a Valdelasombra coge altura de forma más rápida; mientras que el PR, apenas remontada la morrena, se deja caer hacia la boca de La Jocica.
El sendero de Valdelasombra faldea ganando altura por la ladera aneja a la peña donde corta el salto de La Medoria. La bifurcación con la vereda que entra en el Canalón de Valdecarombo se confunde con la variedad de sendas del ganado que vertebran estas morrenas y laderas.
Se continúa por el sendero principal, doblando la morrena sita al Norte de la cabaña del Chamozo. Se abre camino entre el matorral, tocando de modo tangencial una mancha arbustiva.
La senda devola una segunda loma menos definida, alcanzando -también tangencialmente- el Hoyo de Los Castellanos (foto grande). Un par de hayas altivas jitan un reposo de la vasta ladera que se abre a continuación.
Fotos pequeña y grande: Detalles vegetales en el camino hasta el Hoyo de Los Castellanos. Al fondo el Prao de Las Segadas (en el espolón extremo de Peña Beza) y el Canto Cabronero.
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 El sendero afronta la vasta ladera de La Argaeda. Esta inmensa cuesta de matorral y manchas de pedrera se deja caer hasta las mismas orillas del Dobra.
Mientras el PR de La Jocica faldea por la parte inferior de La Argaeda, para chocar -en la boca de este desfiladero- con el paso del Peñón de Los Sedos; la senda que sube a Valdelasombra, remonta en diagonal toda la cuesta por su parte superior.
En plena ladera el camino se bifurca. Debe tomarse el ramal superior; aunque no se trate de un cruce definido, pues son varias las alternativas para encaramarse en el mismo.
Ambos senderos apuntan al canto de sierra que cierra La Argaeda; mas la senda inferior tiene peor paso por el canto. El otro sendero entra, más marcado, en las Colladinas de Valdelasombra.
Foto pequeña: Montañeros bajando al Hoyo de los Castellanos en el tramo final de La Argaeda. En el fondo se escalonan los planos de La Torrona (peña caliza que cierra Valdecarombo), Cuesta Fría y El Cueto Los Callejones o Samaya (en el extremo de la foto).
Foto grande: Montañero entrando en La Argaeda desde las Colladinas de Valdelasombra. En el canto que dobla el Joyo de Los Castellanos la lupa observa la diminuta cabaña del Chamozo.
El río Dobra se abre camino entre Cuesta Fría y la Cotorra de Escobaño. Brotan sus aguas en el circo cercado por el Cueto Los Callejones y el Jario.
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 Las Colladinas de Valdelasombra devolan el canto divisorio entre las infinitas laderas de La Argaeda y Valdesalombra. La senda enlaza la breve sucesión de colladas que abren la puerta a este valle, en forma de ladera.
Se definen como mirador de La Jocica. Pese a la distancia, se percibe con claridad el embalse que pone fin este tramo del desfiladero del Dobra. La angostura de la presa se minimiza bajo al altiva majestuosidad de las laderas del Canto Cabronero y de la Sierra Mercader.
Mas la mirada no se fija en los bajíos del Dobra, sino en el escarpado terreno que queda por recorrer. El Camperón (2007 m.) se erige en jito natural o brújula que orienta el camino (foto miniatura). El corte Sur de esta cima confunde al montañero, pues no percibe vestigios de pasto, antes bien de peña.
El montañero de esta foto (Colladinas de Valdelasombra) mira, de pie, este jito de peña. La majada de Corroble se asienta en la horcada que se empasta en la base Sur del Camperón. Entre la majada y Las Colladinas de Valdelasombra se extiende toda la ladera homónima. De momento no logra encontrar el paso visual a la majada.
Foto grande: Colladinas de Valdelasombra.
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 El sendero de las colladinas entre en el mundo de Valdelasombra. Esta infinita ladera, más extensa, si cabe, que La Argaeda, también se descuelga sobre los cantiles del Dobra, a la altura de Dobraseca (majada en la orilla izquierda del Dobra).
Frena, por el Norte, la vasta y basta ladera una peña con una línea natural que recorre toda su base. La senda, muy marcada al inicio por la ladera de matorral, apunta hacia esa frontera. Mas pronto hay que dejar la vereda e ir tirando, siempre en flanqueo ascendente, con tendencia Nor-Noreste.
El terreno inclinado, alterna piedras, afloramientos calizos y bajo matorral. Siempre ganando altura, dobla un canto (en los confines de Valdelasombra) que esconde una torrentera reseca; un lecho de argayo que se precipita por el extremo del valle a su verter en el Dobra, y , en su parte alta, un canalón más definido que se abre camino entre la peña.
Foto pequeña: Dos montañeros en miniatura, en el sendero que entra en Valdelasombra. La peña que delimita la ladera por el Norte y El Camperón (a su derecha), jito de la majada de Corroble y de la tendencia de flanqueo que ha de seguirse.
Foto grande: Montañeros ganando altura por Valdelasombra. Una mirada atrás, donde destaca el sendero que entra en las Colladinas de Valdelasombra. En caso de niebla la bajada no tiene una referencia que permita la orientación; no así si se traza la ruta en sentido ascendente, donde es más fácil chocar con la torrentera de argayo (en este caso es mejor no ganar tanta altura, y remontar por los laterales de esta escupidera, en cuanto se tropiece con ella).
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 En el fondo de Valdelasombra se dobla al Canalón del Agua (foto grande). En este tramo superior forma una auténtica canal de gravera, que se pierde en la horcada del horizonte, con tendencia a devolar a los Campos de Matías, en los faldones sureños de las Garitas.
Se cruza esta lengua de grava para seguir remontando a su izquierda. Este tramo es más o menos corto dependiendo el punto en que se haya entrado en dicha Canal del Agua.
Entre la peña y la pedrera hay una franja de terreno en que el ascenso no se hace tan penoso. Debe recordarse la situación de la collada donde se ubica la majada de Corroble (Corrobre), perfectamente visible desde Valdelasombra; pues a ella hay que dirigirse abandonando la pedrera de la Canal del Agua.
Prácticamente, en cuanto la peña de la izquierda lo permita se deja la gravera para alcanzar una pequeña collada o rellano de pasto, ya con la vista puesta en la collada de referencia (norte), donde se encuentra la majada.
Una breve travesía culmina este tramo de la ruta, con difusas veredas, algunas de las cuales obligan a flanquear alguna llambria tumbada.
En la foto miniatura se aprecia el pequeño pozo que se encuentra antes de coronar la collada y el rellano de pasto al que se llega desde la Canal del Agua. Abajo los mundos de Valdelasombra con el camino entrando en Las Colladinas. El peludo verde de La Cotorra de Escobaño y El Jario completan la inmensidad de la foto.
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_La ruinas de la majada Corroble se esconden en la vertiente opuesta de la collada, apenas unos cercos de piedra rellenos de pasto o diminutos corros que aprovechan las caras atechadas de las redondas descolgadas de los contrafuertes de la Garita Bajera, sino del Camperón.
Mientras el Dobra se deja fluir por la corriente, las sendas de Corroble llegan a estos faldones del Camperón, de ahí que baste una simple mirada para dominar toda la profundidad de La Jocica, en cuyo extremo se contiene el embalse que alimenta la central del Restaño.
Los cantos del Cabronero apuntan otra vaguada confluyente con el desfiladero del Dobra, presidida por la mole del Valdepino, por la que se abre camino la Senda del Arcediano.
Muchos cordales se agolpan hacia el horizonte, conocidas cumbres de concejos muy montunos.
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