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Imágenes de una vida en la montaña (XXVIII)* |
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Hace unos años, unos preciados visitantes vinieron de vacaciones al hermoso Valle de Liébana. Las informaciones de los periódicos decían que se les había visto en la zona del Collao Pelea. Como Mary Poppins, llegaron con el viento y marcharon cuando éste cambió su dirección. Todos los años miramos las corrientes del cielo, esperando su retorno. La constancia tiene su premio. Ahora, los han traído para quedarse. ¡No es lo mismo! Quizás con los años lo sea y, de anciano, podré contarles a mis descendientes, que hubo un tiempo, en que los huesos se pudrían en en monte, porque no había nadie que los comiera.
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