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Imágenes de una vida en la montaña (XXVII)* |
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´Aquí separamos nuestros destinos´, se despidió mi pequeña amiga. ´Tú naciste como hombre, y yo llegué al mar como gota. En el futuro quizás nos veamos tú como gota y yo como hombre; o tal vez como esos despojos que el mar devuelve a sus dueños. Con suerte, volveremos a volar, como almas etéreas, confundiendo a los científicos´. ´Conocí a un gran francés, que se llamaba A. Laurent Lavoisier. Me enseñó un principio que nunca he olvidado: La energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. ¿Tienen energía las almas?´.
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