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Collao Jermoso -parte Iª: Torre del Collao Solano- (Macizo Central)* |
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 La ventaja del rodeo por el Collao Solano (Noroeste), es la posibilidad de ascender a la torre al que da nombre. Desde la Vega de Asotín ofrece un aspecto imponente (foto miniatura). A su derecha, descansa el Collao Solano, paso a la vertiente del Argayo Nuestra Señora.
En el costado de la vega, al inicio de la planicie, entramos por un sendero que fluye por la lengua de pedrera que se estira desde la Canal Honda (Norte).
Tras el descanso de la campera, se retoma el ascenso. Tránsito abrupto desde la suave alfombra de la vega a la pedriza en que retomamos la ruta.
El camino parece un conglomerado de piedras y grijillo, asentado por el paso de los montañeros (foto ampliación, montañeros descendiendo hacia la vega).
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 En plena y sufrida pedrera, el poco asentado camino, se desdobla en dos ramales: el antiguo camino de Collao Jermoso, que sube a meterse en la angustiosa Canal Honda, y el camino de la minas del Rabicu, a la izquierda (Noroeste).
Pronto deja éste la pedrera. Intenta alcanzar un canto de la montaña; pero debe afrontar una efímera travesía, medio colgada en una concha (fotos miniatura y ampliación).
Paso franco para los mochileros, pero que debía asustar a los trabajadores burros de carga.
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 Doblado el canto, el camino se dirige en ascenso al centro de una canal. El Collao Solano se apunta próximo (margen superior izquierda de la miniatura), mas sólo es una imagen óptica.
La ampliación es una mirada atrás, viendo el terreno recorrido desde la vega. El fondo de la campera parece lejano, y no hemos hecho más que empezar.
La Torre del Friero irrumpe sobre las planicies de pasto de la Vega de Asotín. Por su costado apreciamos la cabecera del argayo que, en su final, ha ido vertebrando nuestro ascenso desde el hayedo.
Este surco baja pegado a la acanaladura que envuelve este costado del Friero, desgajando sus prominentes paredes del Hoyo de Las Mojosas, escondido en los altos que vierten a Asotín.
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 Faldeando en subida a media ladera, se gana el centro de la canal. No es propiamente una canal, sino la convergecia de acanaladuras que se precipitan desde las Traviesas de Congosto.
Subimos por los apéndices de estas traviesas, pues su centro se entuva por la Canal Honda. El camino minero intenta tocar tangencialmente estas estribaciones de las Traviesas de Congosto, para intentar devolar a la otra vertiente, la del submundo oculto de los Argayos Mermejo y de Nuestra Señora.
El camino se mete por una de estas líneas de llambria y pedrera, buscando conservar su pasado glorioso.
La punta de un dedo de roca (fotos miniatura y ampliación) señala nuestro ascenso. Por la base tal enhiesta punta, corta el mal tallado ancestro minero (foto ampliación).
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 ¿Quién ideó este camino? (foto miniatura). Mira que durante el ascenso hemos ido intentando adivinar el trazado del camino que nos llevara el Collao Solano. Y lo que menos esperábamos, era tener que girar por la base del risco que llamaba la atención.
Quizás bastó dejar al burro buscar el terreno más franco. En burros no estoy muy puesto; sin embargo, puedo asegurar que las torpes vacas os sorprenderían.
Foto ampliación: Últimos tornos para coronar el Collao Solano.
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El Collao Solano es posa de reposo para los que se dirigen a Collao Jermoso.
He ampliado la foto miniatura para que se aprecien las tres personas con las que coincidimos en la collada.
Dos estaban sentados descansando; la otra, la vemos descender por un sendero. Se trata del viejo camino de las minas, que devola a la vertiente del Argayo de Nuestra Señora.
Cada vez que salgo con mi primo le indico la ropa que tiene que comprar. Para ir al monte, es imprescindible comprar tejidos de colores vivos. Cuando empiezas a sacar muchas fotos, empiezas a darte cuenta de la importancia del color de las ropas de los montañeros. Los de la imagen se confunden con el terreno.
La importancia del color para el frío y el calor es otro tema.
Foto ampliación: Un fotógrafo/montañero que predica con el ejemplo.
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