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Rutas por los Picos de Europa

Picos de Juanfría (Macizo Oriental)*Apéndice: Coordenadas GPS

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Lon (Liébana)Lo primero y fundamental que ha de tener claro un montañero es saber a dónde quiere ir, aunque su destino sea ninguna parte. Puede vagar sin rumbo fijo, buscando caminos y pasos en la montaña. En este caso no se trata tanto de tener un destino prefijado, cuanto de ir tejiendo a sus espaldas una red orográfica de conocimiento del medio.
  Habitualmente, el montañero se decanta por la primera opción, la de intentar alcanzar un collado, un recodo o una peña. Ya disponga o no de información previa, tendrá bien estudiados todos los condicionantes de la marcha: accesos, aproximación, rutas alternativas, posibilidades de escape, vías de ascenso y dificultad (si se trata de una cumbre), altura, desnivel, estado y posible evolución del tiempo...
  La marcha se prepara en casa y se plasma en el terreno. El estudio del terreno empieza desde el momento en que posamos el pie en el punto de partida, e, incluso antes, desde que empezamos a ver despuntar las montañas y accidentes del entorno.
  No se puede hacer dejación de esta obligación en personas e instituciones ajenas, exigiendo la señalización, acondicionamiento y cobertura en la montaña. Si delegamos nuestros deberes en un tercero, conseguiremos tal grado de incapacidad que lleguemos a convertir el más sencillo de los paseos en una tragedia más (por suerte la diosa fortuna siempre se alía con los más ineptos).
  En la ampliación destacan dos de las torres cimeras de Ándara: los Llamabriales Amarillos, La Junciana o Pico del Diablo (a la izquierda), y el San Carlos o Sagrado Corazón (a la derecha). En el corte de esta peña se empasta el universo de torres y canales que escoltan nuestro recorrido. En primera línea, la franja parduzca del Pandillu y Mañimoco, por donde se cuela el embudo de entrada a los Puertos de Edes. Los Picos de Juanfría serían el pequeño apéndice de la derecha de la imagen, cima y loma desgajada del resto del cordal por una marcada brecha.
  En el lado opuesto de la fotografía quiebra la profunda depresión de la Canal de las Arredondas. La parte alta de la canal desgaja esta vertiente del macizo en dos núcleos bien diferenciados: el del San Carlos y el de Silla Caballo.
  La Canal de las Arredondas es una canal de enormes proprociones por la que remontaba una antigua pista minera, de la que se conservan bastantes tramos de su amplia caja. Si bien es cierto que, en su inicio, sólo queda un sendero pisado que remonta por la gravera inicial.
  Algo falla cuando quienes se dirigen a la Canal de Juanfría acaban, engarmados, en esta otra Canal de las Arredondas, totalmente desplazados del sendero de la misma. Según la pista que cojas a la salida de Lon te encauzarás en una u otra canal, pero hay que tener claro cuando el camino te va desplazando de tus objetivos, y no creer que todos los caminos conducen a tu destino.
  Quizás la señalización sea la panacea y pudiera aceptarla como un mal menor. Pero son muchos años de desengaños. No se puede corregir la inconsciencia de la gente. Porque, el problema de la señalización, puede ser que contribuya a agravar el desatino.

Basten unos ejemplos: montañeros, turistas, caminantes (...), buscando el hotel de Áliva camino de Horcados Rojos (ambas rutas señalizadas); buscando el refugio de Cabaña Verónica en el Collao de Fuente Escondida (ruta también señalizada, saltándose un aspa de dirección equivocada mayor que el camino); buscando el lago Bajero en Horcados Rojos (cogiendo la primera ruta señalizada que se encontró); buscando el refugio de Urriellu en plena trepada a Peña Vieja (cartel indicador en el único cruce del ascenso); buscando el mirador de Ordiales en la Horcada de Santa María (ruta señalizada), o buscando, algo más abajo, en Fuente Prieta, el refugio de la Vega de Ario. ¿Qué tal éste?: buscando la parada del autobús camino de Vegarredonda (ya habían pasado el Collao Gamonal cuando les advertí del error, y seguían montaña adelante buscando el autobús). La explicación es sencilla, habían cambiado de PR sin querer, y en vez de dar una sencilla vuelta a los lagos de Covadonga, cogieron el PR del Mirador de Ordiales (día fresco en que acabó entrando la niebla, que afrontaron con manga corta y un chubasquero fino). Son sólo apuntes de los despistes que he visto en la montaña. Y no creo que haya tenido la suerte o la desdicha, de coincidir con los únicos espabilados de la montaña.
  La Canal de Juanfría es una ruta larga y de considerable desnivel, sin señalizar, sin refugios y apartada de los lugares más frecuentados del macizo. Es bastante sencilla en cuanto a orientación, pues hasta su misma base llegaba un viejo camino minero, que aún hoy se conserva bastante bien para el caminante. Así con todo, espero que los montañeros tengamos un poco de cabeza, y no vayamos directos a la Canal de las Arredondas, sin ser conscientes del equívoco. Todo error tiene solución, siempre que seamos capaces de reconocerlo. En cambio, si aceptamos el error como cierto, puede que ya no quede salida.


antiguo camino de subida por La PicotaLlega la carretera a un adecentado rellano, a la misma altura de la iglesia de Lon, pero en la margen opuesta del río. Cruzando éste sale, por encima de la iglesia, el camino carretero que sube al pueblo de Brez.
  Nosotros no tenemos que cruzar el puente, sino caleyear por unas cuestas hormigonadas al lado mismo de éste. Las callejuelas nos van desplazando hacia la derecha. Al final giramos a mano contraria, llegando a una calle ceñida a un muro, que nos corta en llano, desde un grupo de casas que vemos a nuestra derecha hacia el ramal de entrada a una de las posadas de Lon.
  Más allá del referido ramal hay una descuidada cuadra, vértice de la bifurcación clave de pistas. Una rama de la pista sigue en llano, mientras que el hormigonado gira en ascenso a la derecha, entre la cuadra y una gran nave.
  Aquélla también se dirige a la margen derecha del río Burón (margen izquierdo en el sentido ascendente de la marcha), camino de la Canal de Las Arredondas.
  Nuestro hormigonado aún sube a otro grupo de casas, en la parte alta del pueblo para, sin llegar a ellas, girar a la izquierda. Frente a una casa aislada ya sale despedido de Lon, en penosa rampa ascendente con todo el frontal de Ándara como telón de fondo (Silla Caballo en la foto ampliada).
  Por la pista principal subimos ochocientos metros abundantes. Unos metros antes de tener que dejarla, se abre a nuestra derecha una gran falda de campera ganada al bosque. Caminamos ahora con mucha atención, pues enseguida llega una curva a la derecha. Sale la pista en ascenso, casi serpenteando, y en este débil escorzo, se escapa una línea de tierra a mano derecha. Es el camino que sube a la Picota, apenas una trocha que se mete por el talud de la pista.
  En caso de no encontrar el camino, quinientos metros más adelante, debe tomarse un ramal de la pista a mano derecha. De seguir por la principal se llegaría a un gran tendejón, continuando trayecto a entroncar con las que llegan a los desagües de Las Arredondas.
  Foto miniatura: bajando por el camino de La Picota a la pista.

subida a La PicotaLa maleza acosa los primeros compases del camino (foto miniatura), apenas la primera rampa. Al final gira a la derecha, sobre otra de las praderas que vierten a la pista principal. Una ventana abierta a ese altivo mediodía de Ándara, que se muestra en toda su majestuosidad.
  Inicia un evidente flanqueo hacia esta mano, a la sombra del arbolado, en el que va recobrando, en contados momentos, la caja del primitivo camino (foto ampliación).
  No obstante, una vez que se coge bien el camino, nos va conduciendo nitidamente entre el boscaje.


Lon desde La PicotaAunque el camino busca constantemente el resguardo del boscaje, presenta alguna zona de claro, ante las calvas de La Picota. En una de ellas, en unas planchas de roca a la vera del camino, me gusta cortar directo monte arriba, a entroncar con el camino a las puertas de La Picota. Es más abierto y nos permite tomar esta referencia respecto al pueblo de Lon (fotos miniatura y ampliación).
  No obstante, más cómodo es seguir el camino y superar el repecho gracias a la suave revuelta de su trazado.
  La diferencia entre las dos imágenes está en las montañas que delimitan la margen derecha del Valle de Camaleño (fondo de las fotografías tras el que despuntan montañas de la Cordillera Cantábrica); el Pico Jano en la miniatura (extremo superior derecho) y La Viorna, en la ampliación (La Viorna y el Pico San Martín como puntas cimeras de esta montaña de figura trapezoidal).

La PicotaLa Picota es un peñasco pelado en la cabecera de este extremo del valle secundario de Lon. Domina visualmente toda la cuenca del Burón, en su viaje al río madre del Deva. Reino del pastizal y el bosque, que rellena con sus tonalidades todo el faldón de la desnuda caliza de Ándara. Este promontorio es apenas un punto ante la imponente barrera calcárea que culmina en las cimeras del Silla Caballo y los Llambriales Amarillos, por citar dos de las montañas más hermosas que dominan los dos sectores en que la Canal de Las Arredondas desdobla la unidad del mediodía de Ándara.
  El camino, sin embargo, no se arrima a esta hermosa balconada, sino que pasa desapercibido entre los árboles, al lado mismo de la casa de La Picota (foto miniatura).
  Esta casa solitaria, con tendido eléctrico propio, regente de un claro de suaves fincas, mira hacia las lejanías de Peña Sagra y la Peña Ventosa.
  El camino pasa recto, entre los troncos de los árboles (con dirección norte), entre el promontorio de La Picota y la casa. Unos metros más adelante vierte a la pista que viene de Argüébanes por el Collao de La Hoz.
  Esta pista también se coge desde la vertiente de Lon, pero creo que da algo más de vuelta que esta subida directa por La Picota.

Andalubia y Los CabezosPrácticamente, nada más coger esta nueva pista, unos metros a la izquierda, encontramos un cruce en plena revuelta. Damos todo el giro, recibiendo por la izquierda el ramal de la pista que dejáramos unos cientos de metros atrás, para cortar por el camino de La Picota.
  No queda lejos el invernal de Andalubia (foto miniatura). Proximidad que se hace algo lejana por las duras rampas de la pista, aderezadas por alguna ventanuca que se cuela entre las hojas de los árboles (foto ampliación).
  La torre de la ampliación (la Tabla del Pino), por la que corta el paso de la Celaína Roque, es una de las agujas o peñas que se suceden en un declinante subcordal que se desgaja de Silla Caballo en cuña entre las cabeceras de las cuencas que alimentan los ríos Burón y Belondio, valles regentados por los pueblos de Lon y de Tanarrio.

LonQueda interrumpida aquí la descripción de la ruta, para pasar, en la página siguiente, a reseñar la pista que sube desde Argüébanes.
  La miniatura nos ofrece una perspectiva del camino realizado, con el invernal de Andalubia en la parte inferior de la imagen, al resguardo de los árboles, y el pueblo de Lon en la parte en que este valle secundario se entuba hacia el troncal del Deva. Al fondo, el Pico Jano, dominando una cordillera de media montaña, tras la que despuntan las cimeras de la Cordillera Cantábrica.
  En el mismo pie de la foto se aprecia parcialmente el Hoyo Moro, y un tramo moribundo de la pista que ya se reconvierte en el camino de los Tornos de Edes.
  En la ampliación, bonita imagen del invernal de Andalubia, más por belleza del entorno que por pericia del fotógrafo.

 
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