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Imágenes de una vida en la montaña (XVIII) |
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La peña guarda rincones para el descanso y la contemplación. Es hora de relajar los nervios y disfrutar de la ya cercana cumbre. Este abrigo invita a guarecerse cuando la lluvia nos sorprende en la cima. Pero es una trampa peligrosa, pues si la lluvia es persistente, las canales de bajada se convierten en auténticos cañones, con gélidos saltos de agua que anegan las ceñidas destrepadas. Del deleite al compromiso apenas hay un paso, que muchas veces anuncia el hombre del tiempo.
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