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Rutas por los Picos de Europa

Cuesta de Següenco (Macizo Occidental) *Apéndice: coordenadas GPS

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B) CAÑO
Río Sella (Estación de desove de salmones)Caño dista poco más de dos kilómetros de Cangas de Onís, siguiendo la N-625 (o carretera del Pontón). Esta nacional se estrecha al entrar en Caño, ciñéndose a las apreturas de las casas y de la pequeña capilla de la Virgen de la Salud. Esta capilla, junto con la casona de la que depende, son los mayores atractivos de este pueblo de Cangas de Onís.
  Puede dejarse el coche en el último barrio. Encontramos un rellano a la vera de la carretera junto a una garita para esperar el autobús, a la altura de la carretera que entra a Avalle.
  El inicio de la marcha nos lleva por el mismo borde de la nacional. A las afueras de Caño se ha habilitado, en una represa del Sella, una estación de desove de salmones. Una serie de pasarelas sobre el río, en la parte inferior del salto (foto miniatura), permiten contemplar a los salmones en pleno esfuerzo para remontar río arriba.
  La ampliación nos muestra una imagen del inicio de nuestra ruta. En la parte inferior, entre los pinos, se apunta un tramo de la pista que sube a Uñañez. La pista arranca de la misma N-625 a la altura de la pradería de la parte inferior derecha de la imagen. La carretera nacional, se dirige, paralela al Sella, al barrio de Caño en que se ha dejado el vehículo. La estación de desove quedaría a la altura de una solitaria casa rural que se aprecia en la imagen antes de Caño. El pueblo del fondo sería Avalle, por donde pasa una estrecha carretera que sigue a Cangas de Onís por Dego (´ruta del colesterol´ de Cangas de Onís).

Pequeño Recorrido localCaminamos por la orilla de la carretera algo menos de cuatrocientos metros. Pasado el corte tajado por la carretera a la peña, antes de una larga curva de la carretera al compás del meandro natural del Sella, se entra por una pista que se mete en el monte a mano izquierda (foto miniatura).
  La pista inicia una suave subida por la izquierda de una aislada pradería (foto ampliación). Ascenso bastante lineal en sus primeros pasos, apenas entorpecido por el imperceptible serpenteo del trazado de la pista.

eucaliptalHa de seguirse siempre por la pista principal. Apenas se desgajarán un par de ramales secundarios que no invitan a confusión. Nuestra pista girará en la umbría de una dormida valleja, de apariencia inocente. Sin embargo, cuando las condiciones meteorológicas muestran su cara más oscura, no existe rincón ni montaña inocente, por modesta que parezca. Puede tratarse de condiciones excepcionales y puntuales, pero no podemos asegurar que estemos libres de riesgo. Este hilo de agua, ha llegado a cortar la carretera del Pontón, desbordando el trabajo de la máquina quitanieves que trataba de apartar los regodones que arrastraba la torrentera. Sucede raras veces, pero sucede.
  La pista deja la Valleya y entra en la ladera propiamente dicha. Traza en la parte inferior un par de pronunciadas revueltas para ganar unos metros. En esta parte inferior de la ladera domina las manchas de eucalipto (foto miniatura). Las panorámicas quedan circunscritas a los cordales que delimitan la cuenca del Sella, destacando la Porra Santianes (foto ampliación), el Collao Andrín y La Cogolla (en el cordal que baja de la Mota Cetín a Cangas de Onís).

laderas de repoblaciónLa pista se encarama, tras un duro y pronunciado repecho hormigonado, en lo alto del canto más definido de la ladera. Dobla en el mismo canto para trepar unos metros por su filo hasta la primera bifurcación importante.
  En la foto de la miniatura tenemos las dos bifurcaciones sucesivas que van a permitirnos trazar tres rutas alternativas de ascenso al Collao Uñañez. En la parte alta del canto, junto a un árbol, está la pista que dobla a la parte Sur del canto. De este cruce sale la pista de la repoblación que corta en llano toda la ladera repoblada de pinos. Se apunta, al lado mismo de la bifurcación, un ramal que sube en diagonal a la izquierda, que se corresponde con el trazado del PR. Estas tres variantes van a ser descritas en los siguientes apartados.
  La ampliación nos lleva a vista de pájaro, sobrevolando el río Sella, a la altura de la represa de Caño. Paralela al río, encañonada en su cuenca, serpentea la carretera del Pontón. La Cogolla y cimas vecinas de cordal, quedan atrapadas entre las nieves traídas por los gélidos frentes del Norte.

a) Variante directa al Collao Uñañez
Tornín y SantianesEsta primera variante de subida no se aconseja a los senderistas. La pista queda cegada y ha de seguirse un sendero tomado por la cotoya. En las praderías de Uñañez los restos del camino que bajaba a Tornín, por el que se podría remontar hasta la collada, son sólo intermitentes vestigios que se desvanecen en los laterales del valle de pradería.
  Decía que la pista se encarama en el perfilado canto de la cuesta. Sube unos metros por su filo, hasta llegar a la primera bifurcación importante del recorrido. Se entra a contramano por la pista de la derecha, doblando a las repobladas laderas que vierten a Tornín, cuya vista entorpecen los troncos y copas de los pinos (fotos miniatura y ampliación). Al otro lado del Sella, al fondo de la vega, queda el pueblo de Santianes, al pie de la porra a la que da nombre (foto miniatura).
  La pista faldea en llano hasta morir en plena ladera, cegada por una alambrada que baja desde la parte alta de la cuesta, marcando la línea divisoria entre la zona repoblada y la abandonada cuesta acosada por el matorral. Enfrente despuntan los contrafuertes calcáreos de la franja intermedia de la Cuesta de Uñañez, en cuya cimera crece otra mancha de pinar en la que irrumpen las antenas de Següenco.

praderías de UñañezSe cruza la alambrada para pasar del extremo final de la pista de repoblación a la caja perdida de un camino que remonta en diagonal ascendente. La cotoya se extiende por todo este costado de la ladera, creciendo en la misma caja del camino. Queda, sin embargo, una vereda de tierra que sigue su trazado y que aún es utilizada por las cabras.
  Algo más arriba el sendero afronta una corta travesía en llano por el bosque, junto a la ruina de un invernal, entrando en la parte inferior de las praderías que caen, en forma de valle, desde el Collao Uñañez.
  Existió un buen camino que bajaba por este valle directo a Tornín. En la parte alta de praderías, sólo se conservan trazos inconexos y sin continuidad. No es un terreno dado a equivocación, pues basta meterse en el centro de las praderías del valle para remontar sin pérdida hasta la collada (foto miniatura). Pero no debe olvidarse que no debemos estropear las praderías. Habrá que buscar paso por el lateral (fronda boscosa que delimita el valle) evitando en lo posible pisar la pradería (sobre todo si vamos en un grupo numeroso o si están aún sin segar).
  La foto de la ampliación está tomada en la última pradería, antes de coronar los invernales del Collao Uñañez. La inconfundible montaña nevada del fondo es la hermosa cara Norte del Pierzu, misma faz sombría que asoma bajo el Puente Romano a nuestro paso por Cangas de Onís.

Collao UñañezDevolando el Collao Uñañez se pasa a la pista que viene de Següenco (GR 105), donde se confluye con el resto de rutas que se vienen describiendo.
  La foto miniatura está tomada en la pradería que precede a la collada, en la subida por la vertiente de Tornín.
  En la foto ampliada vemos el Collao Uñañez por la vertiente opuesta, cabecera de la riega que se va abriendo hacia el valle donde está el pueblo de Nieda. Por la parte inferior de la cercada pradería pasa el Gran Recorrido Ruta de las Peregrinaciones. Se aprecian las rodadas que enlazan esta pista con la cabaña del Collao Uñañez, pues recordamos que el GR no pasa por la collada, sino que gira siguiendo la ondulación natural de la cabecera de la valleja.
b) Subida al GR 105 (Ruta de las Peregrinaciones) siguiendo el PR local (CO-I)
pistas de repoblaciónOtra de las alternativas que se nos ofrece es la de seguir la pista señalizada como Pequeño Recorrido. En la parte alta del canto, en el cruce en que se desgaja la pista seguida en el apartado anterior, se sigue por la principal. A unos pocos metros se encuentra una segunda bifurcación. Estamos siguiendo el PR local en sentido inverso, de ahí que el poste indicador esté situado antes del desvío.
  El PR sube por la pista de la derecha. Presenta tres tramos bien diferenciados: la primera parte obliga a afrontar un fuerte repecho; una vez que coge altura entra en una etapa de transición, faldeando a media ladera; la tercera parte, hasta converger con el GR 105 es un largo ascenso por un costado de la ladera (foto ampliación, un par de montañeros iniciando esta última parte de la subida).
  En la foto de la miniatura vemos apenas un trozo de la pista que ahora nos ocupa y paralela, pero a menor altura, la pista de repoblación que se describirá en el siguiente apartado.

desvío GR-PREn lo cimero del cordal entronca el Pequeño Recorrido con la Ruta de las Peregrinaciones. Cruce al que se une, por la otra vertiente de la sierra, la pista que viene de Nieda.
  En las fotografías se muestran dos perspectivas del cruce. Las difuminadas líneas nevadas de la miniatura están sacadas desde el GR, a su llegada a este desvío. El PR por el que se viene ascendiendo es la entrada de la derecha. De frente sigue la pista común por la que seguimos a Uñañez.
La foto de la ampliación estaría tomada desde el PR, a su llegada a la pista troncal de la sierra. Habrá de torcerse a la derecha para continuar hacia el Collao Uñañez. No conviene fiarse nunca de la señalización. El paso del tiempo, la deficiente señalización, la desidia o la mala idea de algunos que no comulgan con la señalización (no estar de acuerdo con una determinada forma de ver la montaña no justifica actos de vandalismo, y menos alterar la señalización para equivocar a los senderistas) puede hacer que el senderista se pase un cruce importante

Antenas de SegüencoOtra perspectiva de la confluencia del pequeño con el gran recorrido se muestra en la miniatura (parte izquierda de la foto). La pista que sube al Collao Uñañez se oculta tras las cuestas de repoblación, en tanto que el PR es la pista que flanquea por la vertiente que mira hacia nosotros. Detrás emerge la Cuesta de Uñañez, coronada por las antenas de Següenco.
  La Cuesta de Uñañez es también la protagonista de la ampliación, donde se muestra la cuesta con la collada que le da nombre. Següenco queda en la otra vertiente de la cuesta, de ahí que denominemos a su cimera como Cuesta de Següenco.
c) Rodeo por las pistas de repoblación, a entroncar con el GR 105 en los fuertes repechos que suben desde el Llano del Cura.
laderas de repoblaciónLa última alternativa propuesta para entroncar con el GR 105 no es aconsejable, desde el punto de vista de su longitud. Obliga a un rodeo excesivo si nos encaminamos hacia el Collao Uñañez; basta señalar que enlaza con el citado Gran Recorrido más cerca del Llano del Cura que del Collao Uñañez. Sin embargo, presenta bellos rincones. Además, gran parte del itinerario es completamente llano, invitando a un cómodo paseo a la sombra de los pinos. El hecho de que este tipo de árbol sea casi testimonial en los Picos de Europa, puede ser uno de los motivos que me hayan decantado por apuntar esta variante. El asequible desnivel y distancia que presenta la Cuesta de Següenco permite ´perder el tiempo´ en este tipo de recorridos secundarios.

valla de repoblación (dejar cerrada)La pista protagonista de este apartado es la que nos queda por estudiar del doble cruce del que divergen todas las alternativas propuestas. En la segunda bifuración se sigue en llano, a media ladera. No presenta ningún problema de extravío. Apenas reseñar la caja de un camino, totalmente tomada por la cotoya, que corta en diagonal la pista (una subida directa desde los invernales y praderías de la falda de la sierra, a su cimera). Una doble valla de repoblación (foto miniatura) cierra la franja en que la pista corta este camino, para impedir que pasen los animales a la zona de repoblación.
  La pista atraviesa antes de este punto umbrías vallejas donde crecen los pinos de mayor porte y donde se dejan sentir los efectos de una ladera aún no fijada del todo. Estas riegas se entuban vertiginosas sobre la base de la montaña, donde causaron la ya apuntada avenida de agua que cegó la carretera del Pontón.
  La pista va dando vuelta a la cuesta del extremo norteño del cordal, hasta morir en el repecho hormigonado que sube del Llano del Cura. Sale a la pista troncal cerca de la cabecera de la vaguada, bastante cerca de la doble revuelta en que se une el camino que viene de Nieda. Por terreno ya conocido (foto ampliación) se continúa hacia el Collao Uñañez

GR 105En la miniatura recojo otra perspectiva del tramo de transición que se intercala entre los cruces de recepción por el GR 105 de los distintos ramales secundarios que se le adhieren desde los diversos costados del cordal.
  La ampliación está tomada en la cerra que cierra el Collao Uñañez. Muestra parte del invernal y de la mancha de arbolado visibles desde el GR a su paso por el entorno de la collada. Entre la nieve se apuntan las rodadas del ramal que se desgaja de la pista de Següenco hacia esta collada de campera.
  Detrás la Cuesta Uñañez. La subida a las antenas, por la pista, obligan a rodear casi por completo la montaña. Se apuntará la variante más directa por el canto Norte de la cuesta.
d) Collao Uñañez - Cuesta de Següenco
GR 105La ruta desde el Collao Uñañez a la cimera de la Cuesta de Següenco es común con la ruta troncal de Cangas de Onís. Hasta Següenco ya no hay ninguna bifurcación que nos pueda confundir. Ahora bien, puede optarse por subir a las antenas dando la vuelta completa por el pueblo, o seguir una vereda que sube por el canto Norte de la montaña, en el que convergen la vertiente que mira a Uñañez con la más boscosa en que se asienta el pueblo de Següenco.
  De nuevo asistimos a un marcado contraste entre manchas forestales. La repoblación aún se deja ver en la ladera de la Cuesta de Uñañez, de la que se desgajan aislados ejemplares de pinos, ya crecidos, que se dispersan por el entorno. En la cabecera y en todo el lecho de la vaguada de la riega de Uñañez, crece una rica variedad de bosque autóctono. También se toma contacto con el monte autóctono al doblar el canto y pasar a la vertiente de Següenco.

Cuesta de Següenco (canto Norte)Siguiendo el itinerario de corte auténticamente senderista, lo mejor es seguir toda la pista hasta Següenco. Al otro lado del pueblo ya se sale por la pista del mirador (o de las antenas) ya descrita y señalizada. En la ampliación se plasma un rincón de Següenco con la Cuestona al fondo.
  El canto Norte de la Cuesta de Següenco (foto miniatura) es un punto destacado de la pista que dobla al pueblo. Es evidente, no sólo por el cambio de vertiente, sino también por el solitario árbol que da sombra en una pequeña llanada de la vera de la pista. La variante más corta para coronar la Cuesta de Següenco sigue una vereda que remonta por todo el canto de la misma.

Cuesta de SegüencoLa vereda se coge en el cedido talud que viene delimitando la pista, en el punto en que ésta dobla por el canto Norte de la cuesta. Se remonta sin pérdida por todo el canto, al lado de la alambrada que va cerrando las parcelas de repoblación. Los retoños de pino aún nos dejan ver el Collao Uñañez y las laderas aterrazadas de las peladas cuestas que vertebran las pistas seguidas para la subida. La ladera que vierte a Següenco está totalmente acosada por la cotoya, anegando un perdido camino que bajaba directo al pueblo. La cotoya cede ante el bosque que crece en el entorno de Següenco.
  Se culmina la ascensión por el lado Norte de las antenas, por el lado opuesto al que llega la pista, justo en la terraza habilitada como mirador, con los paneles explicativos de la orografía del entorno.
e) Descenso por Tornín.
* Nota: se reseñarán brevemente un par de alternativas de descenso por Tornín, pueblo situado en la carretera del Pontón a unos dos kilómetros de Caño. Estos itinerarios ya no son tan francos como los que se vienen describiendo, que en su mayor parte transitan por pistas que vertebran varios pueblos. Siguen senderos y caminos que rebasan el ámbito del senderismo, máxime si se pretenden recorrer en sentido descendente sin un conocimiento previo de los mismos. Queden simplemente apuntados, recomendando su utilización a los principiantes y montañeros y, mejor, si los recorren primero en ascenso -desde Tornín a Següenco-.
ToloriuLa pista baja por la parte Sur de la Cuesta de Següenco, hasta la primera revuelta (foto ampliación), en que se tira la costado Sudoriental de la cuesta. Entra brevemente en un pequeño reducto forestal, antes de caer a la pista de Villangostu (ver praderías de la foto ampliada, atravesadas por la pista que dobla a La Pandiella, en la vertiente del Dobra).
  Al entroncar con esta pista se gira a la derecha, subiendo suavemente hasta Toloriu (foto miniatura). A la izquierda se volvería al cruce con los Payares, a las afueras de Següenco.


e-1) Variante por Entrepeñas
Pico PierzuTolorio es una amplitud de praderías en una zona de transición en lo cimero de la sierra, que se intercala entre el grueso matorral de la Cuesta de Següenco y los primeros afloramientos calcáreos de estas estribaciones de los Picos de Europa.
Tolorio marca el punto de inflexión de la pista (se sigue siempre la principal, desechando ramales secundarios que se desvían a las naves o invernales del entorno). De trazado fundamentalmente lineal, inicia aquélla un leve descenso, apuntando el paso a la vertiente del Sella.
  La pista se retuerce en un par de desiguales escorzos en un corto tramo de pronunciado descenso. De la revuelta inferior se desprende un anegado camino, ceñido entre el talud y la muria de alguna desperdigada pradera.
  El invernal de la miniatura se encuentra a la vera de la pista de Villangostu, unos metros más abajo del camino por el que nos desviamos a Entrepeñas. La silueta del pierzu, pese a la lejanía, es esbelta e inconfundible, y es la protagonista de nuestra ampliación.

EntrepeñasAunque orográficamente la configuración del terreno es relativamente simple, no existe un camino definido que nos baje hasta Entrepeñas. Todo este tramo de pista, desde nuestro desvío hasta que ésta dobla por el Collao Villangostu, atraviesa lo que es la falda de sierra que entuba hacia la angostura de Entrepeñas.
  El camino anegado por el agua llega a un bebedero, casi en el vértice de la muria. Tuerce al compás de la misma, bajando paralelo al costado de la finca (el sendero que sigue de frente retorna al Collao Uñañez, remontando sobre los contrafuertes inferiores de la Cuesta de Següenco). En la parte baja de la pradera salen unos senderos faldeando entre el monte y las calvas del mismo. Pronto hemos de tirarnos ladera abajo, a buscar el lecho de la riega que se va a encañonar en la quebrada de Entrepeñas. A la derecha de la riega salen sendas del ganado. Uno de estos senderos conduce, a través de la ladera de cotoya que frena en una de las peñas que forman el breve desfiladero de Entrepeñas, a una aislada pradería con su ruinoso invernal. La base de la pradera corta sobre la hundida riega. En el mismo corte inferior de la campera ya se coge un pisado sendero que entra en el ceñido desfiladero. El sendero sale trepando por las laderas de su derecha (foto miniatura), abriéndose a la cuenca del Sella (foto ampliación).
  El sendero muere en otro procedente de Tornín (viejos caminos abandonados que se van perdiendo como los que subían a Uñañez). Podemos seguirlo a la izquierda, pasando por la escupidera de Entrepeñas. Sube pegado a un paré, desviándose algo más arriba a una pradera de llamarga en que se pierde. Se faldea sobre la vaguada de la riega que cae de Entrepeñas, a encaramarse en plena llomba de pradería. Se bajan los escalonamientos de la campera, hasta remansar en su base, donde se coge un camino que, a la altura de Puente Dobra (mecedura del Dobra y el Sella), vierte al camino que baja de la Casa el Río La Vara a Tornín.


e-2) Villangostu y Casa Río La Vara (PR a la Olla de San Vicente)
Casa Río la Vara (foto ampliación)Para bajar a la Casa del Río La Vara debe seguirse la pista de Villangostu. Esta majada, de un puñado de cabañas remozadas, asentada en un rellano que vierte sobre las angosturas de Entrepeñas, precede al collado del mismo nombre (la miniatura se corresponde con la sierra que cierra la margen izquierda de la cuenca del Sella y que declina en el Collao Andrín). La pista devola al otro lado, en la vertiente del Dobra. Aún resta un tramo de pista, que se va desgastando entre los invernales de La Pandiella.
  En su extremo final se coge un sendero que baja hacia el Sur (el arranque está señalizado con un poste indicador de un pequeño recorrido local). Se pierde en la zona de pradería, remarcándose a medida que se interna en el Monte Valdimiera. En pleno bosque, corta en horizontal el camino de la Casa del Río la Vara, que comba por la llomba por la que se viene bajando (el sendero de bajada presenta también una bifurcacion que se aleja hacia la izquierda de la llomba de bajada, entrando en camino de aquella casa en los contrafuertes calcáreos que nos cierran por ese lado). Ha de prestarse mucha atención, pues en el tramo de bosque en que entroncan ambos caminos, el que viene de Tornín se difumina ligeramente en el suelo del monte.
  Siguiendo el camino hacia la izquierda, nos salimos del bosque, encontrando el muriado del camino que flanquea unos contrafuertes calcáreos desde los que se da vista a la Casa del Río la Vara (foto ampliación con el Porro el Collao la Cueva al fondo) y a la Hoya de San Vicente, pequeño remanso del Dobra de aguas esmeraldas y considerada como la playa de Cangas de Onís.
  Si nos queremos acercar a esta solitaria casa, simplemente apuntar que al entrar en el umbrío lecho del río La Vara (que vierte al Dobra a la altura de la Hoya), debe tirarse por el camino que cae por la izquierda del río, pegado a los paredones, desechando otro sendero que sigue en llano. El sendero entra en la casa pegado a los paredones de la ampliación.

Puente DobraEn dirección opuesta a la Casa del Río la Vara desciende el camino aún un tramo por el Monte Valdimiera, antes de salir a un par de cabañas asentadas a la vera del camino en una vaguada delimitada por un prominente contrafuerte calcáreo. El camino corta la peña por el costado, para doblar su canto en el Collao Bajo. Faldea sobre las laderas que remansan en las vegas de los últimos rabiones del Dobra, antes de su fundirse con el Sella en Puente Dobra (foto miniatura). En la tomada cuesta, a gran altura sobre esta mecedura, recibe el camino descrito de Entrepeñas, doblando hacia la valleja que cae de esta quebrada en dirección a Tornín.
  Las brumas de la foto ampliada se cuelan entre las frondas del Monte valdimiera, ante la pasividad del pueblo de Vis, estratégicamente enclavado en un rellano del cordal de escalonadas praderías. En el fondo de la cuenca la Hoya de San Vicente, a la que presumiblemente desciende el sendero de pequeño recorrido que hemos visto marcado en algunos puntos de la bajada por el monte.

 
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