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Imágenes de una vida en la montaña (XVI) |
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No son precisamente las carreteras compañeras queridas por los montañeros. Llegan los temidos temporales del Norte y la región entra en alerta. Aprovechamos para entrelazar los viejos caminos reales que vertebran los pueblos de los fondos del valle. Pero las modernas vías de comunicación han afectado este empedrado patrimonio, dejando tramos aislados. No queda más remedio que sufrir un duro asfalto pensado para los vehículos; si bien la capa de nieve que cubre la caja de la carretera convierte los crudos inviernos en la mejor época para pasear por nuestras carreteras de montaña. El temporal da una tregua, quizás recompensándonos el esfuerzo de habernos levantado de la cama mientras el viento azotaba en nuestras persianas. Pero no debemos descuidarnos, porque la tregua puede ser efímera.
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