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Imágenes de una vida en la montaña (VIII) |
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Con gran sencillez se amontona un puñado de piedras para marcar el camino de vuelta. A veces bastan tres piedras bien elegidas y estratégicamente emplazadas para levantar un jito, cuando menos llamativo. Algunos montañeros se dedican a romper señales y tirar los jitos, pero -con independencia de la opinión de cada uno a este respecto- alguno merece el indulto.
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