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Imágenes de una vida en la montaña (VII) |
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Caminar por las umbrías de los bosques es uno de los regalos más placenteros que se pueden ofrecer a los sentidos. La fauna, esquiva, es difícil de sorprender; mas los árboles, fijos en su terruño, están a merced de la mano del hombre. Nos conformamos con una simple imagen, condensando toda la esencia del bosque en una de las joyas que esconde en sus entrañas. Este viejo roble ha sido abrazado por cientos y cientos de montañeros, hasta el punto de dejar pelada la tierra de su alrededor. ¿Cuántos árboles de similar belleza quedarán ocultos en el corazón de los bosques a los ojos de los hombres? Quizás sea mejor que algunas joyas no sean descubiertas, pues podemos disfrutar de más de las que merecemos.
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