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Rutas por los Picos de Europa

El Cantón (Macizo Occidental)*

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LLANO DE CON - GAMONEO DE CANGAS
Llano de ConRegresamos a Llano de Con después de este recorrido opcional por el camino del puerto. Vamos a centrar la explicación en el camino que se adentra en el desfiladero del río Argañéu; pero sin dejar de reseñar otra sencilla alternativa que puede servir para el regreso a Llano una vez completada la travesía.
  En la miniatura vuelve a mostrarse una vista panorámica de Llano, tomada precisamente en este camino alternativo para subir a Gamonéu. En la ampliación se muestra un detalle de un corredor de una casa del pueblo.

carretera de GamoneoAntes de entrar a describir la subida recomendada a Gamonedo, no está de más hacer una nueva y somera reseña de una ruta alterantiva. Quizá su mayor inconveniente radica en haber sido afectada en buena medida por la carretera que sube a este conjunto de pueblos que integran los Gamoneos.
  El camino, inicialmente una pista, nace en la misma carretera que, desde Llano de Con, sube a los Gamoneos. Se coge en una revuelta a la izquierda de ésta, en las primeras rampas que quiebran la suavidad del valle (se trata de un marcado zigzag que traza la carretera  al comenzar la subida a Gamonéu).
  El camino sube trazando desiguales tornos, más seguidos cuanto más cerca del alto de la cuesta se encuentre. Remonta todo el frontal del faldón norteño que forman los primeros contrafuertes de este subcordal que se forma entre los ríos Tabardín y Argañéu, y en cuya primera cabalgadura se encuentran los Gamoneos. Al marcar la cuesta el declinar del cordal, goza de una abierta panorámica hacia el Norte, dominando visualmente todo el valle de Llano y alcanzando las montañas que miran al mar como el Monfrechu. Descubrimos también el pueblo de Demués, del que nos separa la cuenca del Tabardín. En el invierno, con los árboles desnudos, se hacen visibles las trazas de los caminos que, desde Demúes bajan a Llano. Otra buena oportunidad para recoventir nuestra travesía en circuito, pues desde el Cantón se puede bajar indiferentemente a Gamonéu o a Demués. Nos hemos decantado por la ruta de Gamonéu por mantener en gran medida el viejo camino del puerto; al contrario que la variante de Demués, en que habrá de seguirse una pista hormigonada a tramos.
  El camino corona la cuesta, encajonado entre las murias de la ería de Gamoneo. Reconvertido en pista, atraviesa las fincas, llaneando hasta el barrio de Los Cuetos, en Gamonéu de Cangas. En la foto ampliada puede verse un detalle nevado de este camino. Al fondo la Sierra del Collao Peréu (o Sierra Bijorcos), con la Porra Uberdón y el Bruxeru. Sierra de cuestas piramidalmente difinidas que frena ante el xerro calcáreo de la Corona el Canto. Entre el Bruxeru y este xerro está La Muda, un coteruco en el arco que forma la sierra en su caer sobre la Corona el Canto.


LallinuPor fin podemos centrarnos en la descripción de la ruta, después de haber ofrecido estas breves pinceladas de caminos alternativos.
  Una vez más, regresamos mentalmente a Llano de Con, para iniciar la andadura definitiva hacia los primeros plegamientos del Cornión.
  Quedan los coches en los insuficientes apartaderos que pueden intuirse al paso de la carretera por Llano. El único espacio útil ha sido aprovechado para emplazar una segura plazuela para descanso de los mayores y esparcimiento de los niños. A un lado queda una buena fuente, cuyo caño queda bastante empozado en el hueco de desagüe.
  Al otro lado de la carretera, apretado entre ésta y el río, un atechado lavadero bastante descuidado.
  Se deja el pueblo por la misma carretera que lo atraviesa y que continúa hacia los Gamonedos. Caminamos junto al río Tabardín, que fluye frente a nosotros por el fondo del valle marcando los lindes entre el monte y las fincas de las afueras de Llano.
  Unas pocas casas despedigadas se intercalan entre el núcleo del pueblo y un compacto agrupamiento rural que aglutina invernales, casas y el típico hórreo de las economías tradicionales. Estas viviendas intercaladas se han apuntada a la moda del colorido, que parece importada de las ciudades islandesas. El ralo color de la mañana nos hace apreciar una fachada de fuerte tonalidad azul entre dos casas de fachada pintada de crema. Todas explotan sus fincas anexas, si bien sorprende el detalle con que los vecinos de aquélla han cuidado su recinto, casi creando un museo etnográfico al aire libre.
  Paseamos plácidamente por el asfalto en dirección a este barrio de Llano, separándonos paulatinamente del lecho del río. De los alomados cordales que van dirigiendo el discurrir del Tabardín irrumpe la cumbre aberrugada del Pandescura.

Río Argañéu (en la ampliación)No se llega a esta solitaria agrupación de casas a las afueras de Llano de Con, ni tampoco al mismo cauce del río Argañéu que corta por debajo de la carretera al otro lado. Nos desviamos a la derecha por la entrada a la casa de color crema que la precede.
  Dobla este escondido arranque del camino en el mismo frontal de la casa, ascendiendo suavemente por el monte. Sigue paralelo a la carretera, por la parte de atrás de las casas, destacando una algo separada del conjunto de reciente construcción. A su altura se recibe un camino procedente de la reducida aldea, al mismo tiempo que entra otro por la derecha procedente de las praderías que oculta el monte.
  Del camino, que presenta el ancho de una pista, se desgaja un nuevo ramal (izquierda) de entrada a una finca. Aumenta la subida y ha de estarse atento al desvío, pues si se sigue por el trazado evidente quedaremos cegados frente a un invernal y su pradería.
  Un sendero sale por la izquierda,  mas su rastro pasa desapercibido por la maleza que lo cubre. A continuación, a la misma mano, se encuentra el cruce conflictivo, dado que el camino que entra al desfiladero está bastante descuidado. Arranca en llano, queriendo ver entre el monte las vegas de la margen derecha del río Argañéu. Enseguida desciende suavemente hacia su cauce. No se llega en un primer momento a su vera, sino que al enfocarlo, se deja un sendero que baja a su orilla, pasando al lateral derecho de un solitaria finca.
  Tocar la orilla del río y, por un estrecho sendero que se encarama en su talud, ganar altura respecto del lecho del río por un bosquete de avellanos. Nuevo tramo de bajada para regresar a la compañía del río Argañéu.


Río ArgañéuAl volver a la compañía del río llama la atención una descuidada pista que viene por su cauce. Quizá sean los restos de la que se utilizó para construir una presa, cuya caseta se adivina al fondo, a orillas del río, entre la espesura del Argañéu.
  La compañía del río vuelve a ser efímera. Sin llegar a la presa, se toma definitivamente el camino que se adhiere a las laderas del desfiladero. Deja rápidamente las profundidades del río, ganando altura en pocos metros gracias a un par de tornos inicial.
  Sigue predominando el avellano sobre árboles de porte más robusto. Se intercala algún cerezo en el camino, delatado por las flores que tiñen de blanco los primeros compases de la primavera.
  El camino faldea a media ladera, bajo los contrafuertes inferiores de las sierras que el Camino Real (de Intriago) bordeaba por la vertiente opuesta (occidental). De estas sierras, es la de Priorio la que marca la ceñidura más angosta del desfiladero. Esta voluminosa sierra se destaca al final del encañonamiento del río Argañéu, por su margen derecho (sentido ascendente de la marcha).
  En la ladera opuesta, despunta un aislado porro, cuyas paredes calizas parecen emerger de la espesura del bosque. Este jito natural va a marcar nuestro desvío hacia Gamonéu de Cangas, dado que el camino que entra en éste, remonta por la poblada vaguada que precede al peñasco. Aguja que irá cambiando su fisonomía a medida que varíe nuestra perspectiva respecto a la misma. De peña pasará a paré y terminará siendo la proa del espolón de praderías en que se halla enclavado el pueblo de Sogaedo, dentro de este Gamoneo.


Río ArgañéuEl camino apunta, en ocasiones, la reseñable anchura de la caja primitiva. El matorral y el desuso se van apoderando de él. Alguna marca amarilla, como siempre donde no hace falta (algo tendrán que ver las leyes de Murphy en ello), es el borroso vestigio de un intento de recuperar un camino que se pierde con el declive del pastoreo y la mejora de las comunicaciones.
  Nos acercamos a la altura del porrón que se destaca aislado sobre las faldas boscosas de la otra parte del desfiladero. Mas el camino se reinterna en el bosque y se pierde la perspectiva del terreno. El camino se desdobla en dos ramales. Aunque ha de tomarse el de la izquierda, aprovecharé este apartado para reseñar brevemente la continuación por el ramal que sigue de frente.
  Éste es el que completa el recorrido por el desfiladero del río Argañéu. Entronca, convertido en sendero, con la pista hormigonada que baja de la majada de Pioru, a mitad de camino, más o menos, entre la majada y El Río (Argañéu).
  En el fondo de la cuenca del río Argañéu deja la pista a un lado el viejo puente (ver miniatura) por donde atravesaba el camino antiguo y un molino ya en desuso. algo más adelante, a la vera de la pista se encuentran un par de cuerrias.
  La pista inicia el ascenso al barrio de Sogaedo (Gamonéu de Cangas) por las umbrías de una húmeda valleja. Sale de la misma. Con un pronunciado desnivel gira junto a una cabaña, a cuyo lado se ha acotado un recinto del talud para recoger los cabritos. En la revuelta superior, a mano izquierda, se sale por una vereda de los bichos, en sentido contrario al giro, para entrar en la vaguada que sube directa al Collao Peréu, que no es sino la parte superior de la ceñida valleja que se vino subiendo desde El Río (Argañéu).
  Les Carriaces es la montaña que ocupa la zona central de la foto ampliada. La atraviesan (por esta ladera oriental) dos caminos: el más marcado (inferior) es el camino real o camino del puerto que sube de Llano a La Frecha; la senda superior, menos marcada, une aquel camino con la Collada Severa. La Cabeza Severa es la roma montaña de la izquierda. Al otro lado de Les Carriaces hay un puntiagudo coteruco. Y a su derecha una banda de praderías cortada con lindes horizontales. Aunque no se aprecia, entre las dos praderas superiores se alínea la majada de Pioru. Las cabañas de Pioru Altu ya coronan la collada cimera. Por el fondo discurre el río Argañéu.

Río ArgañéuDespués de esta breve reseña del camino que continúa hasta Pioru, retomamos la descripción en el desdoblamiento del camino que flanqueaba el desfiladero del río Argañéu.
  Ha de tomarse el sendero de la izquierda, que baja al fondo del desfiladero. El desvío es algo conflictivo, pues apenas apuntado aquel sendero, se difumina su rastro entre los ramajes de una mata de avellano que ha cedido sobre su caja. Se evita este obstáculo por la parte de abajo, encontrando los restos de un par de cuerres. Éstas, construcciones empleadas para conservar la cosecha de castañas, nos hacen constatar el paso del bosque de corte más arbustivo que cubría algunos tramos del desfiladero, a un bosque más frondoso en que el castaño es el árbol que roba el protagonismo.
  Evitado el entresijo de ramaje que cubre el camino se retorna al mismo. Sorprende el ancho de la caja, que conserva aceptablemente su estado original, al contrario que el camino de Pioru que,aunque por momentos apunta su glorioso pasado, termina convertido en sendero.
  Un viejo puente de madera en dudoso estado tambalea sobre el lecho del río Argañéu. Un par de tornos permiten empezar a ganar altura por las laderas de la margen derecha del desfiladero. Las hojas secas de los árboles disimulan un piso empedrado que aflora con alentadora frecuencia.
  Ladera arriba, sigue el sendero adelante ganando altura, buscando la ería de Gamoneo. No deja, sin embargo, la compañía del monte, ni dejamos de encontrar dispersas cuerres (cuerrias).

Las Casas de Abajo (Gamonéu de Cangas)Pronto se va saliendo de las umbrías del desfiladero. Entre las desnudas ramas del invierno empiezan a verse las primeras fincas de Gamoneo de Cangas. El camino evita la ería, progresando por la mancha de bosque que la delimita por la derecha. La presión del pastizal se va adueñando del bosque, que acaba cediendo su protagonismo a las cercadas erías parceladas. El camino se encajona, alcanzada la riega que arroya por el fondo de la vaguada, entre los setos de las fincas. Sube directo el considerable repecho en que muere, cegado por el talud de una pista que baja desde las Casas de Abajo hasta el vértice inferior de la ería, sobre los lindes montunos del desfiladero del río Argañéu. Una vez en la pista se sube a los próximos invernales de las Casas de Abajo (o La Salgar), entre los que se cuela alguna vivienda.
  En la foto ampliada una vista atrás, al desfiladero que se intuye bajo los contrafuertes de la Sierra Priorio. El vértice de muria y cierre de estacas que delimita la finca es la puerta de salida/entrada al camino que se acaba de recorrer.

 
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